viernes, diciembre 28, 2007

Cama honda

Siempre cuando teamo así, en pleno sueño, salgo mojado y espumeando, como el ahogado más hermoso, deben cambiarle el nombre. Forrado de sargasos, mareas, cascajos de yolas con oraciones escritas con uñas, pringado de sales, de arena, de peces que te han vivido el cuerpo.

Yo te viví desde antes porque el mar siempre estuvo.

Como esta mañana. Fue como un revolcón de ola sin tiempo, una extraña mezcla de amor y desnudez que desató manchas de peces. Y yo era tan posible, lo digo, junto a ti soy tan posible, debajo de ti, de las aguas, ahogándome con ganas de desintegrarme. Sin el llanto congelado de la gente que huye de las islas y no llega. Sin la posibilidad de hacerme polvo entre las hélices.

Quiero llegarte al fondo, volverme veinte veinte, para crecerte adentro corales de los dos que duren siglos. Cerebros, esponjas, abanicos. Trato praderas de algas lilas para morir en ti, para acostarme en ti, hasta que muera.

martes, diciembre 25, 2007

un pez fuego

Otra vez la caminata para matar el desvelo. Y aquel maldito frío. Otra vez Santurce a solas, uno que otro carro bajando despacio por la Fernández Juncos. Quizás parejas intentando detener la madrugada con las manos. Sabía de aquello. Había tenido madrugadas iguales, hurgando entre acelerador y freno los pliegues del amor o de su intento.

Odiaba caminar pero no le quedaba otro remedio. Era mucho mejor que estar sentado en el sofá más grande de su sala, a media luz, confundiendo los ojos pintados de una Virgen del Carmen con los de su difunta madre; acariciando una gata peluda que todos los días tiene un olor diferente; ensimismado también en los bailes sutiles dentro de la pecera. Lo de la virgen metida en una pila de plata con agua de playa había sido una promesa. Con respecto a la pecera, tuvo pecera desde siempre. Nunca televisor. Lo odiaba. Últimamente también odiaba la pecera; ese sentarse a descifrar la comunicación entre los peces, siete payasos extrañamente adultos, que siempre hablan o ríen o están en pleno rito de lujuria. No iba a estar allí, en un divague sobre la pasión de animales sangre fría. Con una envidia estúpida. Frente a los ojos de su madre, o de la virgen. Excitando a una gata siamesa muy puta, que luego del tacto desaparecería para volver semanas después con cinco crías en la barriga.

Prefería caminar.

Se detuvo en una de las intersecciones, frente a un semáforo amarillo intermitente. Tenía frío. Dudó cruzar. Un travesti enfrentaba igual la soledad al otro lado de la calle. Venía en dirección contraria, en la otra acera. Parecía demasiado rota, le costaba el taconeo. Martín creyó escucharle el llanto o maldecir. Hay algo encantador en los paisajes nocturnos de Santurce.

Cruzó la intermitencia del semáforo. No habían carros. Sólo perros realengos, edificios ennegrecidos, latas vacías, el ruido vago de los carros cortando la distancia. El zumbido de los transformadores, la luz de los billboards, los rótulos con luz blancuzca. Postes de luz anaranjada, más paradas de guaguas, más latas vacías, los pitirres insomnes volando en proyectiles por la noche.

Prefería caminar.

Estar afuera lo empujaba a pensar en el afuera. En la sala de su casa sólo pensaba en los adentros. Y ya era suficiente. No más mezclar la realidad de las carencias -la falta de tactos-, los encierros -haber vivido en el temor de que su madre desde el plano invisible de la muerte lo mirara haciéndole el amor a sus tres hombres-, la necesidad de revivir la divina trinidad de la lascivia -Amaury, Marcos, Luís Omar-, los desvelos -la fobia de soñarse ahogándose en el mar-, la soledad -siete payasos, una virgen y una gata-, el hambre -el frío de los poros-.

A veces optaba por el hielo. Prefería congelarse. Caminaba media hora hasta la sala de emergencias del Pavía para sentarse desapercibido entre el silencio de la espera. Alrededor gente dormida o enferma. Siempre buscaba el frío doble de hospital por la anestesia.

Esta vez quería calor. Tenía un frío muy suyo. Nada de cambios climáticos, de vaguadas estacionarias, nada de ondas tropicales barriendo con ráfagas y lluvia desde el este.

Nada.

Era mejor regresar.

Había caminado la mitad de la distancia suficiente. Quizás de vuelta las piernas acabarían por cansarse. Ojalá le dolieran los pies. Ojalá al final le doliera la espalda. El dolor a veces adormece. Dio medía vuelta, jugó con una lata, una patrulla policial lo detuvo preguntando la razón por la que estaba a esas horas en la calle. Les contestó con las ojeras. Caminó otro tanto. Mirar ardía. Algo quedaba de salitre en la ventisca.

De vuelta volvió a ver el travesti. Se había sentado. A su izquierda los tacos de aguja, en su mano derecha un par de rizos en peluca. Cada cual en su distancia enfocó los ojos. Se miraron brevemente. Ella gritó. Hay gente que grita muy bajito. Después, de alguna esquina, salió una bicicleta ardiendo en fuego. Un loco de la vida había optado pedalear la madrugada amarrando antorchas en la bici.

Fue rápido y eterno.

Vino la imagen de una de las jirafas en llamas de Dalí. Una estela de fuego había cruzado la Fernández Juncos.

Volvió mirar al otro lado de la calle.

Ella le sonrió porque sabía.

Gritó más duro. Ese está loco de verdad. Cruza Santurce hasta la playa. Después se hunde en la orilla con todo y bicicleta. Dice que el mar es Dios, que el vive en el infierno.

Quizás Martín debía ser tan loco. Quizás la salvación era también hundirse un poco bajo el mar. Miró el reloj. Los ojos le ardían doble. Su madre le había dicho cuando chico que era una vergüenza eso de ser isleño y no saber nadar. También la habían dicho que el agua bajo la madrugada era caliente. Entonces aquel frío. Volvió al proyecto de lujuria de sus peces. A la pila de la virgen. Había leído en algún libro que el Caribe es sexo y mar. Uno de sus amantes había escrito el agua toca todo.

Tenía que comprar un par de antorchas.

La bici la tenía.

Odiaba caminar.


foto: Jorge Ivan Rivera.

lunes, diciembre 17, 2007

.

fue la isla lo que me hizo parte de sus bordes
carne orilla
un pielago de hombre siempre mirando con nostalgia

el horizonte

domingo, diciembre 09, 2007

Matrona entronizada (vendido)

Xavier Valcárcel de Jesús. Matrona entronizada. 2007.
acrílico, carbón, papel, café, fotografía y tinta, sobre lienzo. 8" x 10"

martes, diciembre 04, 2007

21 de noviembre de 2007

notengocontroldeloqueestoyhaciendoestoesuntorbellinomalabarunrevolcóndeoladurandotodaslasorillasvaguadaestacionariadecariciasllovidascasualmentenoquieromásquelluevanoquierosentarmeenningúnladodeestaesquinaaescribirconlalloviznamáspoemasqueletechenlamaldadalanostalgiaavecespiensoenPedroJuanyotampocodeberíadetenermeesimposiblenopensaresimportantenopensarymereencuentrotengoganasdedejarmealmundoynoescribironoescribirmeestoesbienlocoestoysiendosincerototalmentesinceronohoynomedalaganadecontarconlapoesíaestoymetidoenestacamaesquinanidoselvayceldaolorosoapollofrescosangroysarnodueleestadistanciaincomprendidatúnomecomprendesdéjameasíbienlejosdistantedemímismoprisionerodelasguerrassinopcióndelibertadnomáscomidavoyacomermenoquieropensarnoquierotocarnoquieroamarnoquieroquemetoquennoquieroescribirfingirnoquieroerectarmequierodejarquelapalabrasememueraqueserompacomolloróSabrinayTahíapobreTahíasemeantojaserincoherentecasifluirfluirmevoyaescribirlecartassecasalagentesintenermetengounhombretodoposibleenBogotáyunamujerinexplicablequemequiereenunaplayaenelPacíficounhombrequeamémeamóperosinentendermetengoaMelicomosiempreesperándomeenlapuertadesalidadetodosmisaeropuertosvoyaescribirlessecovoyaescribirmesecosípolvilloarenacalysalhumodeesfumeespumaestamalditadroganometienenometengoporquédecirconlapalabraporquéoptarporlapalabra. estoy casi seguro. nada salva.

vecindario [1]

Recorro el vecindario por aquello de refrescar la pertenencia y me acuerdo de los viejos de balcón, de mami diciendo cuidaito, tú sabes que eso por ahí es tierra de nadie. Vuelvo a los balcones, hablo con los viejos, con la mantenedora de la iglesia, visito a Rayza y a Noelia pero Noelia no me reconoce, me dice como si yo fuera un turista, despues maldito loco, desgraciaito, estás perdio. Y pasa que es verdad, que a ratos siento que me pierdo, que se me pierde el pueblo y no me entero, que el pueblo se pierde frente a los ojos de todos como la última carroza del carnaval.

Miro a San Patricio en el centro del altar de la iglesia del pueblo en vez de Jesucristo en su martirio. Me sé la historia pero sigo preguntandome por qué un santo irlandés vino a parar aquí. Y ella dice que fue por una plaga de hormigas, que si la yuca, que si salió en un sorteo tres veces y sigo preguntandome por qué. Salgo a la calle, me sumo al carnaval de bicicletas, pienso en las cintas que le amarran a Santiago y en Santiago. Eva quiere saber sobre Loíza y yo la llevo hasta sus bocas.

todos contestan tiroteo
tiro de noche, tiro de día
que si la juventud ya no valora, se estan matando entre ellos mismos
doña Dayna dice que es verdad.
que le tiene miedos a sus hijos
tiro de noche
que se tienen miedo entre ellos mismos
tiro de día
que el pueblo se va a quedar sólo con viejos
siempre contestan tiroteo.

Los viejos hablan de un antes. El rio no da peces. Ya casi nadie siembra.

el Río Grande de Loíza que Julia de burgos amó está lleno de cadáveres pestilentes.

martes, noviembre 27, 2007

no quiero llegarte al fondo
moverte cuerdas
tocar con lo que soy tu vieja caja de ternura.

porque no me da la gana

quizás no te merezco
quizás no debo hacer sonar tu llaga

no estoy preparado
para un disco de baladas que me nombren.

viernes, noviembre 23, 2007

PLAXO

El colectivo de arte PLAXO presenta:
arte, poesía y música
Pintura, Dibujo, Fotografía, Grabado, Escultura, Performance, Música Experimental

Book Boulevard, Centro Europa, Santurce (Frente a Bellas Artes)
Jueves 29 de noviembre de 2007
6:00pm

Artistas:
Xavier Valcárcel
Luis Pérez
Amanda Alonso
Rafael Díaz

Performance:
Emanuel Torres

Artistas Invitados:
Omar Velázquez
Xavier Pérez

Poesía:
Xavier Valcárcel
Christian Ibarra

En la música:
Orca

miércoles, noviembre 21, 2007

F. Pez en el Tendido

Conocí a Fofé hace poquísimo; un lazo extraño nos obligó a conocernos. Claro, ya lo había escuchado bastante, había explotado en cantos con su música una y mil veces, lo sabía un tipo intenso, pero no había pensado nunca en la posibilidad de estrecharnos las manos, mucho menos hablar como si fuéramos los más panas del mundo. Y puede sonar cursi (por aquello de ser pertinente) pero es que uno no piensa jamás llegar a ser pana del cantante principal de una de las bandas favoritas. Fofé pertenecía, al menos en mi mundo, a los videos musicales y a las apariciones en la tele. Existia en los CD’s, como uno de los cantantes principales de mi soundtrack, cantando siempre al fondo, en el delirio, a la altura de tanta gente grande. Ahora es la suma de muchas otras cosas. Nada. Que me place presentar la primera intervención de F. Pez (José Luis Abreu ::: Fofé, de CIRCO) en Tendido Negro.

La presa
por F. Pez

Tantos años bajo un manto de espinitas, fueron secando todas las razones que lo enamoraban del segundo. El castigo inconsciente se hizo carne en la intimidad y el sexo maduraba menos inventivo. La mente imaginaba cada cuerno y cuando no, lo veía con sus propios ojos en la misma casa donde ambos convivían. Los escuchaba, casi los olía y se resquebrajaba en pedazos de humillación imaginando lo que estos oídos no eran capaces de escuchar. Cuando todos conciliaban el bendito sueño, despertaba la venganza para lamer las caricias frescas de la humillación. La presa había sido mía… también.

[[La presa llega desde "TRESOMOS". un corillito de pensamientos y reflexiones.]]


Hechizo de lagañas
Por: F. Pez

Creo que me enamoro de terceros porque imagino ver en ellos rasgos de lo que no soy ante tus ojos. Me ilusiona la esperanza inexistente una vez que las torres de la humillación se desmoronan sobre mí. Y como ellos se aventuran a escalar el diminuto monte de tu demonio infinito, disfruto figurando el día en que se encuentren cara a cara con él. Desciendo al calabozo de las ilusiones tronchadas y develo innumerables fantasías, demonios dormilones acurrucados detrás de cada beso de amor novato. Entonces sueño y cuando quiero despertar, sus abrazos me amarran a la misma cama donde sudamos desnudos retozando los unos con los otros. Mi corazón se desespera, se agita y casi siento como se desangran las paredes de la excitación dentro de mí, cuando el miedo se transforma en ese orgasmo de vergüenzas.

Una red de lagañas se teje sobre mis párpados cerrados y siento las cosquillas que cada patita peluda dibuja en mis pestañas, agujillas filosas rascándome el pestillo de los ojos, caricias demoníacas de arañitas hurgándome la piel que esconde a mi conciencia detrás de una aldaba enmohecida por la sal que guardo adentro.

Arde. Debajo de los párpados hay lava acumulada, como la esperma en los cojones seducidos por la mente. Como cuando la sangre se hace púrpura apretándose tras el glande a punto de reventar, sangre hinchada, brillosos vasos sanguíneos que dan cuerpo al miembro de carne, invasor de telas nuevas, obsesión oral de quienes saborean el calor de sus espasmos. Arde y quema detrás de los párpados momificados, son cataratas de sal rabiando por no poder romper el hechizo de lagañas que me mantiene delirando, perdido en el sueño que me domina. Ojos que no ven, corazón que no siente.

Último poema épico

el héroe perfecto
se sale de la regla
perpetua
del segundo anterior y posterior.

no soy un héroe perfecto.
no quisiera estar a solas como ahora
sentado en esta mecedora ante el espejo
escupiendo un poema épico sobre mi relación cordial conmigo
distraído como estoy en el terror de verme usado
mirándome en el fondo de mí mismo
tensando esta cuerda amarrada en sus extremos al fondo de los dos
aturdido, queriendo acariciarme la mirada como obligándome a llorar
haciendo el inventario de cada pliegue de sábana
pagando torpezas de números
gente que amé y que no quise
mi olvido de fechas y mi afán de jugar.

sucede que conmigo a solas me maltrato
aunque suelo llevarme al cine cada jueves, al mar para tocar un fondo
me compro chocolates, flores antorchas, me masturbo
veo porno brasileño delicioso
me estrello entre otras piernas para llenarle la barriga al hombre que crecí.
a veces me tiro fotos sonriendo para inventarme feliz
para tenerme, entre otros lados, en la mesita de noche
también a veces me huelo el sudor hasta beberme
y me corto las uñas de las manos y los pies
con una sutileza pasional que me confunde .

pero esas son pequeñas excepciones a mi regla

cada vez que estoy a solas y me siento aquí y afuera llueve
me empujo al desespero de los niños en la calle
después de haber corrido por las escorrentías
de empujarse los unos a los otros en los charcos
de verle la costura al agua que baja por las cunetas
después de descubrir que sonrieron siempre jugando en mierda pura.

pasa que me maltrato porque se me hace inevitable
porque me da la gana
como las lluvias tristes que caen sin anunciarse previamente
y entran por las goteras mojando cualquier intimidad.
porque me obligo al espejo y me doy cuenta
por mi culpa la soledad plagió mi rostro
dibujandose a si misma atada a un sillon
acompañada de un perro mudo.
que por mi culpa siempre que estoy conmigo lloro.

busco el llanto hasta arrancarme los ojos
sin medida ni cuidado
con hastío
con costumbre
como dice la Volonteri
con una vocación sentida
por la lágrima
.
y entonces se me ocurre lacerarme
cortarme sólo los dedos índices y los pulgares
para no escribir jamás ese poema épico sobre mi decepción de hombre
que revele que soy yo el destinatario de mis cartas
el victimario de mi victima
el buzón donde llegó la rabia
volví a olvidar las fechas.

pero si escribo este poema es para matarlo
para tener presente que ya escribí lo que no quise
no vuelve a pasar

no quiero advertir sobre mi relación conmigo
ni escribir tratando de lograr el Pizarnik
o cualquiera de esos gestos arquetípicos suicidas de la década de los setenta.

en fin
quiero un poema épico para aburrirme de esta relación conmigo mismo
tal vez para matarla a tiros
para sentir este dolor a la merced de mí
para buscarme otra relación que no me obligue
a decirme días como hoy ante el espejo:
No lo logramos Xavier.
Pero podríamos haber sido felices.
para llegar a ti hay que vestirse con esmalte color rojo
disfrazar los dedos hasta esconderlos en la delicadeza de las putas
jugar a ser mujer solo en las manos
para que estreches un poco de calor
y tacto

miércoles, octubre 24, 2007

Desde mis libretas

a la luz de Te hablo desde mis papeles - de Anjelamaría Dávila

Te hablo desde mis libretas porque son la única plaza abierta para estas palabras aguacero todas llovidas pequeñas gotas que se azotan contra el papel desde mi cielo, estas palabras que aún no logran dirigir sus cartas a la nada, ese ensayo al que debieran remitirse hasta lograrlo todo tampoco sé de cuantas formas imposibles. Te hablo desde aquí porque la comunicación siempre se falla, desde esta punta fina que construye eso que soy y desconozco, mi letra a puño, la entraña que crecí para entregártela, todo esto que has usado, lo hueco, que seguirás usando, las cosas que no dije porque no me dio la gana. Todas las cosas que no serán nubes de agua azotándose por masoquismo contra el papel, que el viento arrastrará hasta el ombligo del océano donde las olas reconocen cara a cara el terror de la distancia. Aunque las creas ver en celaje apareciendo en mi mirada. Aunque te las sospeches.

Me miro en el espejo cada vez que las palabras llueven y hacen charcos.

lunes, octubre 22, 2007

CIUDADANO CERO (crítica teatral)

El dolor como punto de partida para la creación.
Por Javier del Valle
Especial para El Vocero (20 de octubre 2007)

La marginalidad, la decepción y el dolor se convierten en fuente de creación, logrando poesía de lo cotidiano. La realidad dura e implacable que se obstina en lanzar escupitajos al rostro caribeño, le niega constantemente un futuro de "primer mundo".

El pasado jueves abrió una nueva sala teatral dentro de la celebración del Cuadragésimo tercer Festival de Teatro Internacional del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). El estreno de la pieza "Ciudadano cero" del autor y actor dominicano Rey Andújar, resultó ser un gran acierto para inaugurar el escenario del Teatro Victoria Espinosa en Santurce.

La propuesta parece un eco de las batallas libradas por la misma Espinosa para que se escuche su voz negra, boricua y antillana.

A través de una fusión de monólogos, poesía, canciones y audiovisuales, Andújar presenta un discurso pesimista del devenir y el porvenir dominicano. Un callejón sin salida enmarca la metáfora existencial dominicana, desde los ojos de este personaje des-personificado. Como cualquier otro ciudadano, sueña con tener algún valor nominal en el mundo que le ha tocado vivir, pero su realidad se convierte en condición. Sueña con ser un astronauta dominicano; reclama ser amado como cualquier ser humano; su origen le discrimina; busca culpas y culpables que no existen; llora el dolor de los que tienen que amar desde lejos; se busca entre los desbarros del graffiti sub-urbano. Finalmente no hay salida delantera ni escapatoria trasera. Se vive agonizando.

Al igual que el Andújar autor, el Andújar actor sabe recoger la mueca del desespero atrapando al espectador en su desbocada carrera hacia la nada. Su trabajo corporal es un valor complementario de gran acierto.

La dirección es responsabilidad de Loraine Ferrand, banda sonora de la Cooperativa Empresarial "Lo Correcto", dirección musical de Esar Simó, dirección de imágenes de Oscar Grullón, escenografía de Luis Felipe Meléndez, iluminación y adaptación de de Nelson Rivera y maquillaje de Roberto Díaz.

La propuesta, producida por Pedro López para Sociedad Anónima Incorporada, continúa este fin de semana y repite el próximo en el recién estrenado Victoria Espinosa en Santurce.

miércoles, octubre 17, 2007

Carta desde tu primeriza

A Xavier Valcárcel

abro con labios
divido en dos tu mar de espalda
camino a besos lentos
hasta llegar al fin de ti donde te pierdes
donde se inventa el mundo
te escucho en ráfagas morir hacia mi oído
estirado en mí conmigo como otra flor recién abierta.
mis labios sueñan con perderte.
juego a posarme para hacerte.
soy boca al vacío
hacia tu vena hinchada asta sin banderas
hacia tu verdadera extremidad que no te pertenece
mía
como no ha sido de nadie
mía.
por que es mía
mi boca lengua mariposa se conmueve
esculpe vuela se enloquece
se sostiene en tu cabeza y ve.
eres un cuerpo de agua que hace playas
ojos paridos en otro continente
boquita abierta pulpa tempranilla que me mira
como quien dice adentro
con violencia o sin violencia
da lo mismo
aqui
te quiero adentro.
este beso que soy yo sabe tus calles
este beso que soy yo va a caminarte
amarte igual que un ojo abierto
animal domable
abro con labios
hundo mi beso
para atentar contra ti mismo y tu pequeña soledad de niño siempre triste
me hundo en ti
revoloteo y malabaro
me hundo en ti
cierro tu voz para que bebas
me hundo en ti
para que tu desliz de no saber usar el verbo hombre me haga grande
soy más mujer en el placer de ser tu primeriza

pero serás más hombre tú hundiéndote por fin en mí como dios manda
besándome y hallándote al final de nuestro beso
tocándome para que toques al final tu mismo tacto
amándome para en el fondo amarte un poco más.
si me hundo en ti
si hundo mi beso en ti
hasta imprimir mis labios alas en tus ingles
es por cuestión de narcisismo.
yo quiero que te ames hombre muy a pesar de mí en tus carnes
muy a pesar de cada hombre que te ha usado
que desistas de creerte menos que los hombres por amarlos
chico
vamos a darnos a la cama
a la marea al remolino al desespero
para olvidar
para que pierdas tu pequeña soledad de ti en esta muerte
así
muere conmigo
así
en este abrazo
así
vueltos los dos el mundo en su gemir de muertes
en su grito primigenio de muchas veces nacer
nace.
quien te busca soy yo la que te nombra
la que te escribe este poema porque sé.
nace aunque duela
no necesitas por desgracia una mujer
nace
eres tu hombre
antes de mi después de mi sin mi conmigo

abre los ojos.


*foto por Amado Varón

viernes, octubre 12, 2007

Mexico, conmocionado por caso de canibalismo

Tomado de el diario El País
vea el articulo desde su fuente original en:

Viernes 12 de octubre de 2007
Ciudad de Mexico

Calva Zepeda habría asesinado e ingerido a otra de sus amantes y a una prostituta. Mientras se preparaba para comerse el brazo de su compañera sentimental, Alejandra, la Policía mexicana capturó en un pequeño apartamento del centro del Distrito Federal a José Luis Calva Zepeda, quien escribía novelas de antropofagia, sexo y coprofagia.

Menú nocturno: el brazo de su novia Alejandra, aderezado con limón y cocinado a fuego lento. En el congelador aún guardaba una pierna, en una caja de cereal, cuidadosamente, había dispuesto algunos trozos de hueso y en un armario estaba el tronco de la mujer.

Esa fue la macabra escena con que se encontró la Policía mexicana, cuando capturó en un pequeño apartamento a José Luis Calva Zepeda, hoy apodado como El Descuartizador. La captura de este incipiente escritor de novelas de terror ha conmocionado a la sociedad mexicana, porque se trata del primer caso de canibalismo en serie registrado en la historia del país.

"Los sicópatas suelen ser cordiales, desarrollan lo que se conoce como encanto superficial, son mentirosos y manipuladores".
Martín Gabriel Barrón, investigador de Ciencias Penales.

Agentes de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (Pgjdf, Fiscalía) se llevaron una macabra sorpresa el pasado lunes, cuando ingresaron a un pequeño apartamento en el céntrico barrio de Guerrero para detener a Calva Zepeda, investigado por su presunta responsabilidad en el homicidio de una mujer. En el interior de la vivienda del barrio de Ciudad de México, los peritos encontraron el cuerpo descuartizado de Alejandra Galeana Garavito, de 30 años y madre de dos hijos. Las autoridades hallaron el tronco oculto en un armario, un brazo cocinándose a fuego lento en una olla, restos de carne en una sartén, una pierna conservada en la nevera y varios huesos entre una caja de cereal. Además, descubrieron una novela inconclusa titulada 'Instintos Caníbales o 12 días', que versa sobre la antropofagia, el sexo, el sadomasoquismo y la coprofagia (ingerir heces fecales).

Al parecer, el asesino era un incipiente poeta y escritor de novelas de terror para cine y teatro, y entre los cajones de su casa había varios textos escritos de su puño y letra, indicaron fuentes de la Fiscalía.

Las autoridades del Distrito Federal relacionan también al escritor con el homicidio de Verónica Consuelo Martínez Covarrubias, de 31 años y empleada de una farmacia, antigua pareja suya asesinada en abril del 2004, cuyo cuerpo mutilado fue descubierto en el municipio Chimalhuacán. Por las características de las amputaciones, las investigaciones también vinculan al escritor y caníbal con el hallazgo del cuerpo seccionado de una adolescente el pasado 10 de diciembre, depositado en bolsas de plástico sobre una calle del norte de Ciudad de México.
Al ser descubierto, según las versiones policíacas, el presunto antropófago intentó huir y se lanzó por una ventana desde un segundo piso, lo que le produjo una fractura de cráneo. Debido a esa lesión, el sospechoso permanece convaleciente en un hospital de la Cruz Roja capitalina. En los primeros interrogatorios, Calva se confesó admirador del actor británico Anthony Hopkins, especialmente por su interpretación del caníbal Hannibal Lecter en la célebre película "El silencio de los inocentes".

Antecedentes


  • Los investigadores determinaron similitudes entre las dos mujeres que fueron novias de Calva Zepeda, tanto Galeana como Martínez eran prácticamente de la misma edad, madres solteras y trabajaban en farmacias.

  • Calva también está vinculado con el asesinato y mutilación de una prostituta hasta ahora identificada sólo como 'La Jarocha' que murió el 9 de abril del 2007.

  • Otro caso de canibalismo en México se descubrió en diciembre del 2004. El asesino confeso Gumaro de Dios Arias, al que se le conoció entonces como 'el caníbal del Caribe', admitió haberse comido unos dos kilos y medio de la carne de su amante.

lunes, octubre 08, 2007

no me gusta tu distancia, pero la aplaudo.
las cosas pasan porque saben.
tal vez tenerte cerca me permitiría.

jueves, octubre 04, 2007

Ciudadano cero, de Rey Emmanuel Andújar

Ciudadano Cero es el título de la pieza de dramaturgia del cuerpo escrita y actuada por Rey Emmanuel Andújar que se presenta en el nuevo Teatro Victoria Espinosa de Santurce desde el viernes 19 de octubre, como parte del 43ro. Festival de Teatro Internacional del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Ciudadano Cero se ofrecerá en funciones de viernes y sábado a las 8:30 p.m. y domingo a las 4:00 p.m.'

La desgarradora pieza de Andújar presenta la dura realidad de la juventud caribeña, y aborda con humor e ironía los conflictos de marginación, el desamor, y la difícil lucha por la superación dentro de una sociedad hostil y violenta. De acuerdo a su autor, Ciudadano Cero es “el resultado de un laboratorio ejecutado desde la miseria del circo caribeño”, un teatro sub-urbano complementado por la música del reconocido grupo dominicano Lo Correcto.

Ciudadano Cero se estrenó en Santo Domingo, República Dominicana, en 2005, y tuvo allí una exitosa reposición a casa llena en el V Festival de Teatro Internacional de 2006. Su autor, Rey Emmanuel Andújar, es un laureado escritor dominicano, autor de la novela El hombre triángulo y el libro de cuentos El factor carne; su más reciente novela, Candela, está próxima a salir editada por Alfaguara. Su reciente libro de cuentos, Amoricidio, acaba de ganar el Premio de la Feria del Libro de la República Dominicana de este año.

Los boletos, entrada general a diez dólares, estarán a la venta en el Teatro Victoria Espinosa antes de cada función. El Teatro Espinosa, antiguo cine Music Hall, está localizado en la calle Del Parque, entre las avenidas Ponce de León y Fernández Juncos, detrás del Teatro Francisco Arriví, en Santurce. Hay estacionamiento disponible al lado del teatro. La producción en Puerto Rico de Ciudadano Cero está a cargo de Pedro López y Sociedad Anónima Incorporada: (787) 633-5660

sábado, septiembre 29, 2007

apuntes sobre la locura

la locura es un vestido caro y yo no sé vestir
la locura es un vestido caro y yo no sé vestir
la locura es un vestido caro y yo no sé vestir
yo quiero decir
poder meterme en la locura y salir
jugar a escribir tres tomos sobre la historia de una postal vacía
poder vestirme y desvestirme con poesía
tú sabes lo que pasa
quiero decirme mírame a los ojos;
me perdí
trato de construir la coherencia con los dedos
desennudo sus hilos de pescar
los tenso como una cuerda floja para expertos
pendo un poco, junto anzuelos, claraboyas, plomos
trato de hacer una atarraya para lanzarme al mar
todos mis padres me enseñaron a pescar rozando el fondo
estoy loco
P
E
N
D
O
quiero caer
S
I
G
O
P
E
N
D
I
E
N
D
___________________________________________O___________________________________________
no puedo apalabrar a quien amé, no sé su nombre
no sé si amé, no sé si supe nombre alguno
no sé si yo nací el ultimo día de mi muerte, si estoy muerto
si morí en un orgasmo en plenos dieciséis.
no sé si tuve dieciséis o si he sido niño desde siempre
trato de escribir sobre los locos y me cuesta
los miro en su bonita cotidianidad
jugando a reinventarlo todo sin decirlo
el flor, por ejemplo, sentado siempre en el banquillo de la plaza
escribiendo en el aire el gran poema épico de la memoria
y yo lo entiendo.
a veces me da con escribir ese poema interminable
Tuerzo los códigos, reinvento el diccionario
invento el mundo sobre el mundo como un acto de revolución
y de repente estoy yo
parado sobre el mundo en mi mundito
como los pasajeros que sobreviven junto a las ventanillas
ensimismado en el paisaje de mi humanidad
baja el cristal, cierta poesía necesita aire
estoy solo
baja el cristal, cierta poesía necesita aire






soy todos los hombres azotados por la ira
ruleta del mundo
hombre fatídico y fatiga
verbo incorrecto y carne mapo
esclavo de rutinas
lloriqueo puro
y poeta.
sobre todo poeta.
una versión extraordinaria
del siempre adiós aunque me quedo
.
L A
S O
L E
D A
D E
S U
N C
O L
U M
P I
O Q
U E
N O
C E
S A
lasoledadesuncolumpioquenocesa
estoy loco
P
E
N
D
O
no caigo
sigomeciendome
no caigo
hay cosas que no pueden apalabrarse.
estar sentado bajo la carne abierta de los labios, por ejemplo.
esa fatal temperatura de todos los tactos a la vez
lograr la coherencia de los monosílabos en los minutos últimos
perder la razón
perderse
sentir todos los hilos del cuerpo desgarrarse y agarrarse
morir así, tan despacito y delicioso
siente
esto también es la locura
quiero caer
_____________________________________________cruzo la cuerda sin lograrlo
quiero escribir sobre los locos y me cuesta.
quizás soy como Cendrars
tan mal poeta
que aun no sé llegar al fondo de las cosas

viernes, septiembre 28, 2007

martes, septiembre 25, 2007

fragmento

Altazor. Canto V, versos 463-496
Vicente Huidobro


Sol tú que naciste en mi ojo derecho
Y moriste en mi ojo izquierdo
No creas en los vaticinios del zodiaco
Ni en los ladridos de las tumbas
Las tumbas tienen maleficios de luna
Y no saben lo que hablan
Yo te lo digo porque mi sombrero está cansado
de recorrer el mundo
Y tengo una experiencia de mariposa milenaria

Profetiza profetiza
Molino de las constelaciones
Mientras bailábamos sobre el azar de la risa
Ahora que la grúa que nos trae el día
Volcó la noche fuera de la tierra

Empiece ya
La farandolina en la lejantaña de la montanía
El horimento bajo el firmazonte
Se embarca en la luna
Para dar la vuelta al mundo
Empiece ya
La faramandó mandó liná
Con su misiquí con su musicá

La carabantantina
La carabantantú
La farandosilina
La farandú
La carabantantá
La carabantantí
La farandosilá
La faransí

Ríe ríe antes que venga la fatiga
En su carro nebuloso de días
Y los años y los siglos
Se amontonen en el vacío
Y todo sea oscuro en el ojo del cielo

viernes, septiembre 21, 2007

contestación

pa Mairym


no puedo señalar este vacío M
buscarlo entre mis mapas me consume
tratar con fórceps de arrancármelo del útero
por la cabeza
estoy harto de intentar hacer poemas
tratar de abrir mi libro intraducible
traducirme
te digo que estoy harto
no escucho lo que lo tengo que decir
sólo a lo lejos la jauría
la misma sirena de emergencia que suena en Nueva York.
tú con tu noche descansando sobre cuatro almohadas de plumas
yo con la noche eterna detenida en mis ojeras.

yo quiero decir
poder meterme en la locura
salir
jugar a escribir tres tomos sobre la historia de una postal vacía
poder vestirme y desvestirme con poesía
tú sabes lo que pasa.

quiero decirme mírame a los ojos;
me perdí.

graffiti #6

abrazo tu mano sin esperarte a cambio.
no digas nada,yo sé mi posición.

es que tu palma abierta sobre mí
me hace posible siempre.

viernes, septiembre 14, 2007

no haber cumplido con las expectativas de mi niño
escribir cositas tontas, ser un hombre en el deber de continuar el apellido
no llegar, construir con la palabra un país para mis fobias
una playa para el cadáver de mi naufrago
cubierto de algas que murieron en su intento de ser flor.
soy un intento de poeta
una suma de hombres que no me corresponden
tábula rasa; rayo paredes con las uñas
plancha limpia
lloro, orino, exploto en pus
invento abrazos, planes de escapes
hago cuartos oscuros para esconderme de mi verbo
hombre es un verbo cercano al puño diestro de mi padre
soy el papel para el poema y un poema sobre el miedo.

martes, agosto 28, 2007

contestación


no quiero decir
opto por el silencio.
rayar las paredes con las uñas es también una escritura válida.
escribir todo el no puedo ahí
no aquí
no quiero que me leas Nico.

.

todo esto ha sido una cuestión de espinas
de pequeñas punzaditas dolorosas
ponzoñas partidas adentro que me tienen inconado.
quiero supurar poquito a poco
arrastrarme hacia otras manos

que me exploten
que me rompan esta llaga
que se lleven esta cascarita que me pesa.
prefiero ser la carne viva;
llorar unicamente porque duelo.

.

he llorado últimamente sin la lágrima.
hay cosas posibles.
beber una botella de Beaujolais y no bajar al pozo donde bailó el oso luna
por ejemplo.
trabajar como una ciega máquina
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre*
y no pensar en nada.


*Hablen, tienen tres minutos. Julio Cortazar

domingo, agosto 05, 2007

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adiós

Mira, estoy llegando al declive de las cosas, a la pequeña torcedura que obliga a repensar este poquito que nos queda, y yo me asusto. Amanecer bajo otro abrazo en otra cama fue la confirmación de que gastamos la temperatura del nosotros, de que la ciega idea del amor que compartimos se ha ido fugando, sin querer, de un manera obvia. No sólo lo fue amanecer bajo otro abrazo en otra cama, sino los besos, los silencios bellos que no rieron junto a ti en estos años; la desnudez del tacto a la hora del ombligo, esos finitos puentes de caricias tenues que se mecen entre las miradas.

Me acerco a la catastrofe e intento hacerme frenos. Pero no puedo. Amanecer así fue la confirmación también de que me debo a toda posibilidad de florecer; como una lata flor, como una piedra florecida. Florecer sin tener miedo a resbalar terriblemente sobre el cliché de la palabra. Amanecí carajo, bajo un brazo que no era el tuyo, en una cama que tal vez tiene su fama de tarima, desde la que quizás cantaron las mismas canciones que nos regalamos mientras sobrevivimos.

No fuiste tú la posibilidad anoche nueva del cariño.
Abrí los ojos.
Miré por vez primera un plano por encima de tu ausencia.

Confieso que no me hiciste falta
Que no tengo ni un llanto, de esos torniquete, amarrado en la garganta.
Me juro que ni te pensé mientras me hicieron.
No lloré
No me siento absurdamente triste
Que no quiero cerrar los ojos otra vez.

Estoy llegando al declive de las cosas y no lo siento pertinente, por así decirlo, despedirme. De todas formas aquí tienes tu adiós.

O a fin de cuentas
la palabra.

lunes, julio 30, 2007

ahora que hace frío
que el cielo se desploma en agua afuera intensamente
que esta cama y sus sábanas de piel se extienden para el tacto
se supone que aparezcas como invocada por una cita lógica
automática
con tu bonita hambre de poros
mis pequeños picos demenciales como polluelos de pelícano
diestra como siempre en la espesura necesaria
en la dulzura de tus manos de baba
los hilitos de baba
diestra en las bisagras de baba con las que jugamos a las puertas
al gesto del nosotros como casa
a inventarnos padre y madre
de siete generaciones padres y madres nacidas de la lluvia.
como hoy
que los goterones estrellan sus pechos de gorriones en los techos
como yo
a pecho abierto estrellándome contra la soledad
contra el silencio que me insiste
muy a pesar de la precisa distorsión del aguacero
de mis polluelos flacos que empiezan a comerse poco a poco
muy a pesar de que mi puerta única cierra y abre con la facilidad de la ventisca
y tu no llegas
con tu viejo automatismo primerizo que pareció tan lindo
y yo aquí
como una casa sola
perdido en un mapa de piel que empieza a desgastarse hacia lo momia
escribiendo un poemita con tal de darte tiempo
una sencilla excusa
un ejercicio de memorización
con la esperanza ciega de que llegues
salida de ni sabe dios donde

como si este poema de lunes gris durara todo
y al final del verso último

de ti
no hubiera un puto punto
.

viernes, julio 27, 2007

Y entonces me pregunto qué es lo que tú quieres. ¿Un muñequito inagotable de papel higiénico y de trapo, la cama escupida del hombre, el doblez de su palabra o su espalda, el vello púbico mío para tejerte la virilidad que te hace falta; un amigo un hermano un padre un hijo?, dime. Ya he mutado suficiente para ti. Ya he imitado cada uno de los superhéroes. ¿Qué me falta por hacer? ¿Asarme? ¿Tenderme para ti otra vez en un platillo de cerámica? ¿Engordar los huesos aun más para tu fanatismo cerdo por el tuétano, la medula? Guloso. Uno se cansa de tratar hasta el maltrato. Uno se cansa de la carne hasta que rompen los tendones, y el cartílago, y la vena. Ya lo he tratado todo, en serio, dime.
Que todavía puedo más.

martes, julio 17, 2007

Aquello que por lo general llamamos realidad es, por hablar con exactitud, la nada exagerada.
Hugo Ball

miércoles, julio 04, 2007

poema 4

Prometo leerte Manuel frente a la tumba espumosa de un mar ilusionista, teatro de putas, patos y náufragos, leerte rodeado de cuevas, con huracanes sobre mi cabeza, vestido de John de Ángel de Paul de José, los dedos, las manos Manuel, los pies desnudos sobre la piel de la arena; sobre sus vellos púbicos rubios con caracolas deshechas, con tres abanicos de aspas y un bolero cortavenas. Quiero leerte remotamente solo, ser dios, lograr tu voz en mí, ser todo el sin memoria petrificado como una vellonera. Quiero leerte Manuel con todo lo que implique, con toda la presencia del cisne, con la presencia del macho y la pinga, con todo el dolor del tecato plagado de cáncer y sida; leerte mientras polvo, desde esta cama cuneta y mis sirenas.

tríptico del 3 de julio

El norte se me vino encima con todo su peligro de orillas afiladas. Se me hace inevitable no pensarte en esa ruta, imposible no buscarte en cada playa, en cada concha rota, descifrar el horizonte tras la niebla, tener que explicarle a la Nico cómo es posible que le deba el mar a alguien. Y tú, bastante perdido, como siempre. Con tu presencia en fuga y tu a propósito desliz de no saber cómo te pienso, todo el discurso del por qué, la historia esa que se nos dio sin roce alguno; cuatro veces en dos años, todito frente al mar, aprendiendo que la orilla es el rincón más blando. Para llorar, para rotar los dedos, para enterrar los pies y el centro, para llevar al niño y su proyecto de barco.


El norte se me vino encima con todo el azote del salitre, como una bofetada en plena cara que no necesitaba. Mar chiquita fue bonito. El fondo era de piedra, arena blanca y algas delicadas con articulaciones especificas para el humor de la marea. Detrás las peñas, los erizos con su desnudes, los huecos, cada posible cueva del primer orgasmo y otro mar. Hubiera sido genial leer a Manuel Ramos Otero desde su borde, en Manatí, hubiera sido una gran tarde descifrando todos sus recovecos, la posibilidad de revivir sus tardes, tal vez había ido allí. Un muchachito se tiraba de una piedra como un experto clavadista, quizás Manuel había hecho lo mismo, Nicole pensó que era posible, me gustó pensar en él lejos de la poesía.


Compartir la tarde ayer contigo fue entre otras cosas cosernos más aun. Tu llanto y el mío, la realidad de la familia y del amor, reinventarnos de pie frente a lo literario, agarrarnos de manos como un sencillo acto de revolución; tratar de construir poquito a poco el poema 29. Estás perdido. Caminas por la calle del exilio persiguiendo el recuerdo de una niebla. Y al fondo la niebla, el horizonte indescifrable, la querencia de Ánjelamaría, Nina Simone, la arena negra, el día gris de nuevo como una escama de jarea. Y de repente ya no me afectó tu ida, digerir tu adiós de nuevo, saberte alas, intensos pies de viaje, entendí lo de tus adoquines, lo de la casa al final del callejón, todos tus vuelos. Parece que los pájaros han emigrado a las islas, escribió Manuel. Los pájaros emigran a las islas. No es un parece, lo sabemos; es toda una certeza.

1 de julio

nada que celebrar después de esta lagaña.
hoy despertar implica digerir tu adiós de nuevo.
Siempre te vas con el discurso
lo sublime de la ida
haces la lista de gente como tú, los pies de viaje, para que vea
tratas de convencerme
aprieto la almohada y me despido.
Afuera amanece gris plateado, el día es una escama de jarea
los coheteros se disuelven con su protagonismo de héroes míticos
entre el palmar hasta la tarde
sigo en las sábanas
justo contigo empieza el mes del santo.

Ahí tengo mi máscara, el disfraz
el carnaval nos viene encima.

El que me debo ir soy yo
ser ya por fin la media vuelta
hacerme alas, escaparme hacia una tabla rasa
empezar.
Salgo a la calle con la mirada en despedida
invento el rostro triste
los vegigantes me saludan
se paran en el centro de la vía como si yo fuera un turista
no tengo cámara, no quiero cámaras carajo
hoy no me hace gracia lo folklórico
no soy el atractivo del país.

sábado, junio 30, 2007

El cojo camacho. [fragmento boceto del capítulo 4]

-¿Quién encontró el cuerpo?
-Un pescador lo tocó con el remo.- Contestó sin despegarse del cristal.
-¿En la playa?
-No. Estaba amarrado a dos bloques de cemento. Por el pie. Supuestamente lo encontraron en el mismo medio del río, cerca de los pilotes del puente. Fue un pescador de tucunares, se llama Carmelo, debeis saber quien es. Uno de esos viejos con arpón que amanecen sobre el agua en su barquito. La esposa es Doña Cely, la señora que organizaba los catecismos hace dos años y medio. Lo entrevistaron en el noticiero de la mañana. Parece que remando lo tocó, pero el muerto no salió del todo. Sólo le vio la mano gorda, hinchada, mordida por las cocolías, con un reloj plateado. Debió haber sido horrible. Remó hasta la orilla sin mirar atrás y avisó a la policía.
-¿Identificaron el cadáver?
-Sí. Un tal Yadier Medina.

Al otro lado del cristal las sábanas de humo arropando las montañas. Las vacas flacas acostadas bajo el sol. La tierra negra humeante acabada de quemar.

El susodicho era un matoncito de otro tiempo que se había salido de la calle para entrenarse en la supuesta vocación de Cristo. Yo lo conocía, y Arnaldo también. Últimamente se la pasaba predicando en un podio con micrófono y bocinas casi a la entrada de la Villa. Mucha manga larga, corbata, pantalón largo, zapatos de punta, la Biblia bajo el brazo. Se había unido a la iglesia evangélica de Julia Boria, una mujer que estuvo doce años en la droga y que hasta se inyectó, pero que conoció al Señor y el Señor la cambió y le dio la encomienda de levantar un templo y predicar. Ahora es pastora y tiene tres comunidades fieles que quieren ser salvos y libres.

-La última vez que le vieron fue el martes. Entrevistaron a algunos vecinos. Dicen que lo vieron junto a Arnaldo.
-Arnaldo nunca se ha escondido.
-Lo sé. Y eso me prende. Es loco, no piensa, hace las cosas sin importar dónde, cuándo y quién esté.
-Cada quien con su estilo chileno. El que la hace la paga.
-¡El que la hace, la paga frente a Dios!
-Perfecto. Muy bonito todo. Bravo. Pero Dios no está en la calle.

Volvió el silenció, miró el reloj, la seriedad.

-¿Y vo? ¿Arnaldo te ha dicho algo?

Lo negué con la cabeza.

-¿Estás seguro?

Lo miré por el retrovisor.Se quitó las gafas, miró hacia mí, le dije no pero mentí.

Arnaldo y Yadier siempre tuvieron rencillas. Cuestiones de venganza. El muy hijo de puta tiroteó a Manny, el hermano mayor de Arnaldo, mejor amigo mío, en el noventa y seis; creo que fue a finales de septiembre. Ese intento de asesinato fue el detonador para una cacería en todo Loíza, un periodo sangriento en el que pagaron inocentes que se cruzaron sin querer entre los dos. El 3 diciembre de ese mismo año, la policía preparó una emboscada. Los periódicos y la televisión manipularon la noticia. Dijeron que hubo fuego cruzado, como en la muerte de Bele, el segundo hermano, y que Manny Camacho fue quien empezó. Pero fue un truco montado. Manipularon la escena. Eso lo sabe todo el mundo.

Esa mañana Manuel fue a casa y me invitó a pescar pero era la graduación de una sobrina. No podía fallar. Ya había hecho el compromiso, pero me encantó la invitación. Cuando éramos chamaquitos pasábamos horas muertas pescando en la piedra de Los Frailes, ahí, a mar abierto, con un par de cervezas y cigarrillos que le robaba al viejo mío, muy hombres nosotros, tirábamos con hilo de veinte libras y sacábamos peces de treinta y de cuarenta como si fuéramos profesionales. En esos últimos meses Arnaldito se había obsesionado con la pesca. A Manny le gustaba. Esa mañana me invitaron a pescar en la desembocadura del río. Cuando viraron pasó lo que pasó. Cruzaron por el camino de siempre, el parking del restauran El chorro, un llano de arena y grama. En el bulto traían los potes con hilo y anzuelo, berguillas, plomos, una atarraya, un envase con jarea y calamar. En un cubo de manos traían los peces. En las noticias dijeron que venían de desenterrar un cargamento escondido en la desembocadura del Rio Grande de Loíza, que la policía había logrado dar un golpe certero al narcotráfico en el área, que en los bultos y en el cubo traían cocaína valorada en más de cuatrocientos cincuenta mil. Incluso la enseñaron. Perfectamente empaquetada. Dijeron que Arnaldito estaba armado, que el tiroteo fue culpa de Los Camacho. Cercaron el área con cintas amarillas, hubo peleas, golpes y pedradas. Duró muy poco, pero llegó gente suficiente como para que la cosa se saliera de control. Y se salió. Pero restablecieron el orden a punta de macana, pepper spray y de pistolas apuntando hacia las caras. Los cabrones arreglaron la escena en menos de veinte minutos; con toda la gente al otro lado de las cintas, en plena cara, antes de la llegada de los fiscales, ciencias forenses y la prensa. Desde antes de la emboscada se habían quitado las placas policiales, tapado los rostros con camisetas, se habían puesto chalecos antibalas por si acaso; sabían de antemano a lo que venían. Uno de ellos disparó desde el punto exacto en el que había caído Manny como si él hubiera sido. A Arnaldito le jodieron una pierna. Tenía once años. En el intento de salvarse quedó pillado bajo el cuerpo de Manuel, y Manuel desangrándose, lo perforaron, diecisiete impactos de bala, tuvo que haber tragado sangre de su hermano. Con razón el muchachito ve sangre y se marea. Es obvio que no pueda ni verla.

Hay gente que dice que lo pisaron con Arnaldito bajo el cuerpo, que los cabrones se le pararon encima a Manny casi exprimiéndolo aun con posibilidad de vida, que luego abrieron fuego hacia sus patrullas con dos pistolas que uno de ellos había sacado de una caja. Guantes de latex, cuestión de huellas dactilares, una pistola en la mano de Manny, la otra pistola en la mano de Arnaldo. Llegaron más patrullas. Hubo relevo. Los de las placas escondidas se desaparecieron con los peces, la atarraya, la carnada. Él muchachito no sabía, no podía distinguir quién había sido. Los que llegaron tenían placas y las caras al descubierto; los ojos llorosos, hablaban consternados. Dice la gente que parecía como si de verdad hubieran sobrevivido a un tiroteo.

viernes, junio 29, 2007

junio 29


2:51am
el alcohol descentraliza.
soy una foto fuera de foco
un celaje brusco frente a mi brusquedad.
estoy en otro centro.
bordeo peligrosamente la nostalgia
la levedad de un descontento que no tiene raiz .
turisteo frente a las bases de un poema en vaso.
12 onzas.
soy otro
lente en fuga
soy yo y mi pelogrosidad de ebrio a la deriva
de hombre puto y tierno en plena madrugada y luna llena.

3:23am
son cinco años mujercita.
no te me sales de la bilis.
tiendo al alcohol y el vomito no fluye.
me diluyo hasta el lavajo.
a diferencia mía no eres agua.
te me pegaste adentro con la intención de cascarita.
lo lógico me dice dueles si te arranco.
soy un lloron y no me atrevo.
Mejor sigue doliendo.

domingo, junio 24, 2007

sortilegio resignado

(poema a dos manos y dos voces: Nicole Cecilia Delgado y Xavier Valcárcel)

uno se cree que la poesía es un oráculo
con códigos que se descifran por herencia
con suertes echadas por un par de manos sabias
como si hubieran existido padres con manos siempre diestras

uno se cree que la poesía es un conjuro
que uno ha crecido con un don de idioma de otro mundo
capaz de refugiar a diez familias después de la tormenta
capaz de desatar designios tras la huella de tres versos
uno se cree que la poesía modifica la profundidad de la raíz
que la poesía es una paloma potencial entre las manos
uno se cree que el viento escupe versos octosílabos
sin saber que un verso no se crece en la saliva
ni entre dientes

uno cree que el viento tiene boca como en un cuento infantil
muerto de miedo ante al aullido de dolor que a veces llora en medio de la noche
que a veces llora sin consuelo y le recita poemitas a un amigo imaginario
uno se cree
que la poesía
tiene el poder
de reinventar
lograr que el mar enfurecido y la paloma hagan las paces
que el viento sea tacto o sea boca, la boca del tacto, o sea el tacto de la boca
uno tiene la certeza de que el verso acerca cuerpos en reposo
cuerpos en caída cuerpos en tránsito ante el semáforo fallido de la comunicación

uno se cree que la poesía puede maleficios
uno cree que la poesía determina circunstancias
uno cree que la poesía es dios bailando en un diptongo
uno se cree
sabe
tiene la certeza de que puede
contra el viento
contra el mar
contra la noche
contra la paloma débil que agoniza
contra el padre
contra dios y la tormenta
contra el dolor
contra los cuerpos
contra las manos mismas que la escriben
contra el poder y el llanto
contra el consuelo
contra las paces
contra el miedo a la raíz

uno se cree que la poesía puede tanto
puede tanto
tanto
tanto

y uno se equivoca

martes, junio 12, 2007

Boceto azul para una historia hecha con dedos

La revista bilingüe-cibernética-literaria-poética-ficticia-auditiva-conjuntiva Agentes Catalíticos, del compañero Samuel Medina, publicó el pasado domingo -Boceto azul para una historia hecha con dedos; un cuento mío que pertenece a la compilación de Estadio de los infelices. Hago un enlace directo desde aquí, pero les recomiendo explorar la revista. Agentes Catalíticos fue parte de Publica, la exposición curada por Kristine Serviá que se llevó a cabo en el mes de abril en =DESTO y que fue reseñáda aquí. De igual forma, la revista ha abierto nuevas puertas para el trabajo inédito de escritores en y fuera de puerto rico, literatura para pelos, poesía intensa, voz; imagen plástica.


para ver la reseña de Publica:
http://tendidonegro.blogspot.com/2007/04/publica-en-desto.html

jueves, junio 07, 2007

De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías.

Hubiera sido genial escucharlos leer en pleno viaje, pero por causas de las leyes federales y uno que otro arresto todavía vigente en la memoria colectiva, o personal, la poesía, y por ende los poetas, tuvieron sede anoche, punto de encuentro, no en los vagones sino en la estación de Río Piedras del Tren Urbano. En la que puede catalogarse desde ya como una de las mejores lecturas de 2007, De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías, reunió a modo de exquisito-intenso-encuentro a 16 poetas de diferentes generaciones y estilos, que lograron atrapar la atención de un numeroso público que se dio cita en la estación tanto por los artículos en la prensa, flyers y anuncios en los blogs, así como personas que entraban y/o salian de los trenes y se topaban con la intervención.

Intervención por una parte, lectura por la otra, lo cierto es que se dio, se leyó, se hizo poesía. Eso se sabe por la erección folicular (como diría la escritora Mayra Santos-Febres) y no por el frío, o por la ventisca helada que traía o dejaba el tren según llegaba o desaparecía junto al andén, sino por la palabra, por el feeling, los contenidos, por la presencia de tanta gente grande y poderosa en el micrófono.

Este año las lecturas de poesía se han dado de una forma constante, in crescendo, casi parece como si se hubiera abierto un gran taller, como si hubiera resurgido una convocatoria al tú a tú entre poetas, siempre cordial, siempre muy crudo, "la poesía es el producto de la carne". Por ello, resulta necesario que este circuito de lecturas no desista; sobretodo en momentos en los que la poesía, como ahora, levanta la voz y ha reclamado espacios; sobretodo en momentos en los que las lecturas han comenzado a reenfocar la mirada y han obligado a repensar en donde quedan, en donde se deben situar los linderos entre la poesía madura y la nueva. Lo digo por todo el intercambio de versos en las lecturas abiertas, open mic, presentaciones de libros que se han llevado a cabo con gran auge últimamente. Lo digo por el mosaico de registros, de edades, de ritmos, por lo que se ha dicho y lo que queda por decir.

La guagua de la poesía, con sus seis lecturas entre Rio piedras (Taller Cé) y Viejo San Juan (Café Seda) dejó a la luz el hambre y las visceras de toda una comunidad de poetas que creen en la palabra como motor, como recurso elemental y/o básico, como vehiculo. De igual forma, demostró el poder de convocatoria de muchos sectores del país, literarios o no, ansiosos de escuchar, de digerir, de cargar con buena poesía retumbando en el oido. Y no es que yo soy de los que cree que la poesía depende del público, pero sí de esos que le encanta que haya un público atento, con ganas de versos, con la necesidad de escuchar algo que los revuelque por dentro, que los sacuda, que le erice la piel. Y de eso se trata. La poesía vuelve a recobrar su sitio. Lo pide a gritos. Y lo está logrando.

De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías logró su cometido. Lo mismo fue un encuentro íntimo que público, demasiado frío (de la forma literal) y demasiado cálido. El único detalle, que creo no tiene nada que ver con la lectura, pero sí con la poesía y el tren, es que se estuvo demasiado cerca pero no lo suficiente. Vuelvo al inicio de este texto. Hubiera sido genial un poco de poesía en pleno viaje, pero por causa de las leyes federales y uno que otro arresto todavía vigente en la memoria colectiva, o personal, los versos entre parada y parada no se dieron. O no se han dado. Tampoco sé si darán. Un amigo chileno me habla a cada rato de un certamen de cuento en su país, con limite de 100 palabras, para los usuarios cualesquiera del tren porque quienes lo usan han mantenido la costumbre de escribir sus superficies. Tengo una amiga nicaragüense haciendo una tesis sobre la poesía escrita en el Tren A de Nueva York. ARCO, la feria más importante de arte en España, en su edición de 2005, tuvo un aparte con tres exposiciones documentales sobre poesía en trenes alrededor del mundo.

Y no es que invite aquí al vandalismo, al graffiti, al sharpie, (Mayda me va a matar) pero es que ese tren está tan limpio, bendito, tan limpio y tan limpio, tan puro y tan casto que es algo que duele. Dentro de un rato tampoco se podrá hablar, nadie podrá sentarse, terminará corriendo solo. Claro, ya rayo en el extremo, pero ahora soy yo el público hambriento de un poco de arte en los adentros de esos trenes, un poco de manifestación, un poco de poesía.

Anoche andaba con una amiga. Salió impresionada con el poder de la palabra. Es la primera vez que entiendo todo –me dijo– que todo el mundo suelta cosas intensas, me encantó. Y yo me sigo convenciendo de que se nota un cambio en la escena de la poesía local, sin la clasificación de Local Interest estilo Borders por favor, con relacion al contenido, cuestión de óptica mía, que anoche salió todo perfecto, que fue una gran lectura, que hay poesía, y poesía de la buena, para rato.



fotos por Alberto Martinez-Marquez

martes, junio 05, 2007

graffitti #14

me pides al hombre a pesar del verbo distante de mí
hombre es un verbo cercano al puño diestro de mi padre
a los suburbios de generaciones paternales que lograron construirlo
pese a todas las sonrisas inocentes de niñéz sin genero
que tuvo
alguna vez
y yo no puedo complacerte.

ESPECIAL PARA EN ROJO

por Rafah Acevedo
ESPECIAL PARA EN ROJO. Periódico Claridad.
Texto disponible en:http://www.claridadpuertorico.com/articulo.php?id=6312

El pasado 24 de mayo la Guagua de la Poesía siguió su viaje por la ruta de la seda (Café Seda) en el Viejo San Juan. Como en los anteriores jueves (día oficial de los vallejianos) una pléyade de poetas, oyentes y beodos se dio cita para escuchar y leer durante horas. Los mecánicos de la Guagua estaban allí: Luis César Rivera, Angel Luis Méndez, Etnairis Rivera, Néstor Barreto, Elizam Escobar. Y por supuesto, los invitados de esa noche que son parte de la cantidad inusitada de bardos que pueblan un país tan asediado por la banal prosa de los discursos oficiales.

John Torres, autor de Fracturas del devenir, inició la lectura en tono low key, pero con textos buenos. Le siguió Xavier Valcárcel, con un acercamiento más performático. Valcárcel pertenece a la activa Asociación de Escritores Universitarios y su Monólogo del solitario es de los mejores poemas del hit parade actual. También leyeron Astrid Lugo, poesía de suaves matices eróticos, buena proyección escénica, y Sally Nieves, versos intimistas, de amor y muerte. Ambas pertenecen a la Asociación mentada.

La noche continuó con participaciones heterogéneas. Federico Irizarry, cuyo personaje bloguero es harto conocido y apreciado, leyó de su libro Kitsch y algunos textos inéditos. Actualmente dirige el Colectivo Sótano 00931. Raúl Guadalupe leyó textos de El tierno vidrio de la noche y algunos otros sueltos. Poeta lúcido. Luego Norka Pérez Lozada, quien hace hermosos libros artesanales, presentó un texto que tiene visos de pieza teatral.

De lejanas tierras llegaron poetas. Ivette Serrano, de San Sebastián del Pepino, directora de la revista Púrpura, tuvo paciencia y leyó con ímpetu. Michelle Rodríguez Olivero, jovencísima viuda de Rimbaud, demostró una madurez desusada con un dominio escénico refrescante. Llegó, cuentan, de las lejanas tierras de Aguadilla.

Eddie S. Ortiz, bibliotecario del Hades, complació al público con poemas mesurados, de fina orfebrería conceptual. Dejó sin tocar un bongó de cedro que trajo por si las moscas. Estuvo allí en lectura iniciática Jorge Lázaro, posiblemente el más joven de los pasajeros que haya montado en la guagua en sus dos décadas de historia. Y, sin embargo, poesía lograda y, disposición de ánimo acompañaronle.

La primera tanda culminó con una lectura impetuosa en la poderosa voz de Kairiana Núñez. Los poemas de Rafael Acevedo (Moneda de sal) alcanzaron límites insospechados con ella, que tuvo como fondo sonoro el ruido controlado del maestro electrónico Marco Trevisani. Grazie, grazie. En la segunda tanda, cuando leyeron otra veintena de poetas, las cervezas habían nublado mi entendimiento. Pero sé que todo estaba en buenas manos. Allí estaban Rosario Quiles, Carlos Glaster, Payo Canino, Norka….

La Guagua termina su periplo este jueves 31 de mayo, conducida por la poeta Etnairis Rivera. Feliz término.