sábado, junio 30, 2007

El cojo camacho. [fragmento boceto del capítulo 4]

-¿Quién encontró el cuerpo?
-Un pescador lo tocó con el remo.- Contestó sin despegarse del cristal.
-¿En la playa?
-No. Estaba amarrado a dos bloques de cemento. Por el pie. Supuestamente lo encontraron en el mismo medio del río, cerca de los pilotes del puente. Fue un pescador de tucunares, se llama Carmelo, debeis saber quien es. Uno de esos viejos con arpón que amanecen sobre el agua en su barquito. La esposa es Doña Cely, la señora que organizaba los catecismos hace dos años y medio. Lo entrevistaron en el noticiero de la mañana. Parece que remando lo tocó, pero el muerto no salió del todo. Sólo le vio la mano gorda, hinchada, mordida por las cocolías, con un reloj plateado. Debió haber sido horrible. Remó hasta la orilla sin mirar atrás y avisó a la policía.
-¿Identificaron el cadáver?
-Sí. Un tal Yadier Medina.

Al otro lado del cristal las sábanas de humo arropando las montañas. Las vacas flacas acostadas bajo el sol. La tierra negra humeante acabada de quemar.

El susodicho era un matoncito de otro tiempo que se había salido de la calle para entrenarse en la supuesta vocación de Cristo. Yo lo conocía, y Arnaldo también. Últimamente se la pasaba predicando en un podio con micrófono y bocinas casi a la entrada de la Villa. Mucha manga larga, corbata, pantalón largo, zapatos de punta, la Biblia bajo el brazo. Se había unido a la iglesia evangélica de Julia Boria, una mujer que estuvo doce años en la droga y que hasta se inyectó, pero que conoció al Señor y el Señor la cambió y le dio la encomienda de levantar un templo y predicar. Ahora es pastora y tiene tres comunidades fieles que quieren ser salvos y libres.

-La última vez que le vieron fue el martes. Entrevistaron a algunos vecinos. Dicen que lo vieron junto a Arnaldo.
-Arnaldo nunca se ha escondido.
-Lo sé. Y eso me prende. Es loco, no piensa, hace las cosas sin importar dónde, cuándo y quién esté.
-Cada quien con su estilo chileno. El que la hace la paga.
-¡El que la hace, la paga frente a Dios!
-Perfecto. Muy bonito todo. Bravo. Pero Dios no está en la calle.

Volvió el silenció, miró el reloj, la seriedad.

-¿Y vo? ¿Arnaldo te ha dicho algo?

Lo negué con la cabeza.

-¿Estás seguro?

Lo miré por el retrovisor.Se quitó las gafas, miró hacia mí, le dije no pero mentí.

Arnaldo y Yadier siempre tuvieron rencillas. Cuestiones de venganza. El muy hijo de puta tiroteó a Manny, el hermano mayor de Arnaldo, mejor amigo mío, en el noventa y seis; creo que fue a finales de septiembre. Ese intento de asesinato fue el detonador para una cacería en todo Loíza, un periodo sangriento en el que pagaron inocentes que se cruzaron sin querer entre los dos. El 3 diciembre de ese mismo año, la policía preparó una emboscada. Los periódicos y la televisión manipularon la noticia. Dijeron que hubo fuego cruzado, como en la muerte de Bele, el segundo hermano, y que Manny Camacho fue quien empezó. Pero fue un truco montado. Manipularon la escena. Eso lo sabe todo el mundo.

Esa mañana Manuel fue a casa y me invitó a pescar pero era la graduación de una sobrina. No podía fallar. Ya había hecho el compromiso, pero me encantó la invitación. Cuando éramos chamaquitos pasábamos horas muertas pescando en la piedra de Los Frailes, ahí, a mar abierto, con un par de cervezas y cigarrillos que le robaba al viejo mío, muy hombres nosotros, tirábamos con hilo de veinte libras y sacábamos peces de treinta y de cuarenta como si fuéramos profesionales. En esos últimos meses Arnaldito se había obsesionado con la pesca. A Manny le gustaba. Esa mañana me invitaron a pescar en la desembocadura del río. Cuando viraron pasó lo que pasó. Cruzaron por el camino de siempre, el parking del restauran El chorro, un llano de arena y grama. En el bulto traían los potes con hilo y anzuelo, berguillas, plomos, una atarraya, un envase con jarea y calamar. En un cubo de manos traían los peces. En las noticias dijeron que venían de desenterrar un cargamento escondido en la desembocadura del Rio Grande de Loíza, que la policía había logrado dar un golpe certero al narcotráfico en el área, que en los bultos y en el cubo traían cocaína valorada en más de cuatrocientos cincuenta mil. Incluso la enseñaron. Perfectamente empaquetada. Dijeron que Arnaldito estaba armado, que el tiroteo fue culpa de Los Camacho. Cercaron el área con cintas amarillas, hubo peleas, golpes y pedradas. Duró muy poco, pero llegó gente suficiente como para que la cosa se saliera de control. Y se salió. Pero restablecieron el orden a punta de macana, pepper spray y de pistolas apuntando hacia las caras. Los cabrones arreglaron la escena en menos de veinte minutos; con toda la gente al otro lado de las cintas, en plena cara, antes de la llegada de los fiscales, ciencias forenses y la prensa. Desde antes de la emboscada se habían quitado las placas policiales, tapado los rostros con camisetas, se habían puesto chalecos antibalas por si acaso; sabían de antemano a lo que venían. Uno de ellos disparó desde el punto exacto en el que había caído Manny como si él hubiera sido. A Arnaldito le jodieron una pierna. Tenía once años. En el intento de salvarse quedó pillado bajo el cuerpo de Manuel, y Manuel desangrándose, lo perforaron, diecisiete impactos de bala, tuvo que haber tragado sangre de su hermano. Con razón el muchachito ve sangre y se marea. Es obvio que no pueda ni verla.

Hay gente que dice que lo pisaron con Arnaldito bajo el cuerpo, que los cabrones se le pararon encima a Manny casi exprimiéndolo aun con posibilidad de vida, que luego abrieron fuego hacia sus patrullas con dos pistolas que uno de ellos había sacado de una caja. Guantes de latex, cuestión de huellas dactilares, una pistola en la mano de Manny, la otra pistola en la mano de Arnaldo. Llegaron más patrullas. Hubo relevo. Los de las placas escondidas se desaparecieron con los peces, la atarraya, la carnada. Él muchachito no sabía, no podía distinguir quién había sido. Los que llegaron tenían placas y las caras al descubierto; los ojos llorosos, hablaban consternados. Dice la gente que parecía como si de verdad hubieran sobrevivido a un tiroteo.

viernes, junio 29, 2007

junio 29


2:51am
el alcohol descentraliza.
soy una foto fuera de foco
un celaje brusco frente a mi brusquedad.
estoy en otro centro.
bordeo peligrosamente la nostalgia
la levedad de un descontento que no tiene raiz .
turisteo frente a las bases de un poema en vaso.
12 onzas.
soy otro
lente en fuga
soy yo y mi pelogrosidad de ebrio a la deriva
de hombre puto y tierno en plena madrugada y luna llena.

3:23am
son cinco años mujercita.
no te me sales de la bilis.
tiendo al alcohol y el vomito no fluye.
me diluyo hasta el lavajo.
a diferencia mía no eres agua.
te me pegaste adentro con la intención de cascarita.
lo lógico me dice dueles si te arranco.
soy un lloron y no me atrevo.
Mejor sigue doliendo.

domingo, junio 24, 2007

sortilegio resignado

(poema a dos manos y dos voces: Nicole Cecilia Delgado y Xavier Valcárcel)

uno se cree que la poesía es un oráculo
con códigos que se descifran por herencia
con suertes echadas por un par de manos sabias
como si hubieran existido padres con manos siempre diestras

uno se cree que la poesía es un conjuro
que uno ha crecido con un don de idioma de otro mundo
capaz de refugiar a diez familias después de la tormenta
capaz de desatar designios tras la huella de tres versos
uno se cree que la poesía modifica la profundidad de la raíz
que la poesía es una paloma potencial entre las manos
uno se cree que el viento escupe versos octosílabos
sin saber que un verso no se crece en la saliva
ni entre dientes

uno cree que el viento tiene boca como en un cuento infantil
muerto de miedo ante al aullido de dolor que a veces llora en medio de la noche
que a veces llora sin consuelo y le recita poemitas a un amigo imaginario
uno se cree
que la poesía
tiene el poder
de reinventar
lograr que el mar enfurecido y la paloma hagan las paces
que el viento sea tacto o sea boca, la boca del tacto, o sea el tacto de la boca
uno tiene la certeza de que el verso acerca cuerpos en reposo
cuerpos en caída cuerpos en tránsito ante el semáforo fallido de la comunicación

uno se cree que la poesía puede maleficios
uno cree que la poesía determina circunstancias
uno cree que la poesía es dios bailando en un diptongo
uno se cree
sabe
tiene la certeza de que puede
contra el viento
contra el mar
contra la noche
contra la paloma débil que agoniza
contra el padre
contra dios y la tormenta
contra el dolor
contra los cuerpos
contra las manos mismas que la escriben
contra el poder y el llanto
contra el consuelo
contra las paces
contra el miedo a la raíz

uno se cree que la poesía puede tanto
puede tanto
tanto
tanto

y uno se equivoca

martes, junio 12, 2007

Boceto azul para una historia hecha con dedos

La revista bilingüe-cibernética-literaria-poética-ficticia-auditiva-conjuntiva Agentes Catalíticos, del compañero Samuel Medina, publicó el pasado domingo -Boceto azul para una historia hecha con dedos; un cuento mío que pertenece a la compilación de Estadio de los infelices. Hago un enlace directo desde aquí, pero les recomiendo explorar la revista. Agentes Catalíticos fue parte de Publica, la exposición curada por Kristine Serviá que se llevó a cabo en el mes de abril en =DESTO y que fue reseñáda aquí. De igual forma, la revista ha abierto nuevas puertas para el trabajo inédito de escritores en y fuera de puerto rico, literatura para pelos, poesía intensa, voz; imagen plástica.


para ver la reseña de Publica:
http://tendidonegro.blogspot.com/2007/04/publica-en-desto.html

jueves, junio 07, 2007

De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías.

Hubiera sido genial escucharlos leer en pleno viaje, pero por causas de las leyes federales y uno que otro arresto todavía vigente en la memoria colectiva, o personal, la poesía, y por ende los poetas, tuvieron sede anoche, punto de encuentro, no en los vagones sino en la estación de Río Piedras del Tren Urbano. En la que puede catalogarse desde ya como una de las mejores lecturas de 2007, De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías, reunió a modo de exquisito-intenso-encuentro a 16 poetas de diferentes generaciones y estilos, que lograron atrapar la atención de un numeroso público que se dio cita en la estación tanto por los artículos en la prensa, flyers y anuncios en los blogs, así como personas que entraban y/o salian de los trenes y se topaban con la intervención.

Intervención por una parte, lectura por la otra, lo cierto es que se dio, se leyó, se hizo poesía. Eso se sabe por la erección folicular (como diría la escritora Mayra Santos-Febres) y no por el frío, o por la ventisca helada que traía o dejaba el tren según llegaba o desaparecía junto al andén, sino por la palabra, por el feeling, los contenidos, por la presencia de tanta gente grande y poderosa en el micrófono.

Este año las lecturas de poesía se han dado de una forma constante, in crescendo, casi parece como si se hubiera abierto un gran taller, como si hubiera resurgido una convocatoria al tú a tú entre poetas, siempre cordial, siempre muy crudo, "la poesía es el producto de la carne". Por ello, resulta necesario que este circuito de lecturas no desista; sobretodo en momentos en los que la poesía, como ahora, levanta la voz y ha reclamado espacios; sobretodo en momentos en los que las lecturas han comenzado a reenfocar la mirada y han obligado a repensar en donde quedan, en donde se deben situar los linderos entre la poesía madura y la nueva. Lo digo por todo el intercambio de versos en las lecturas abiertas, open mic, presentaciones de libros que se han llevado a cabo con gran auge últimamente. Lo digo por el mosaico de registros, de edades, de ritmos, por lo que se ha dicho y lo que queda por decir.

La guagua de la poesía, con sus seis lecturas entre Rio piedras (Taller Cé) y Viejo San Juan (Café Seda) dejó a la luz el hambre y las visceras de toda una comunidad de poetas que creen en la palabra como motor, como recurso elemental y/o básico, como vehiculo. De igual forma, demostró el poder de convocatoria de muchos sectores del país, literarios o no, ansiosos de escuchar, de digerir, de cargar con buena poesía retumbando en el oido. Y no es que yo soy de los que cree que la poesía depende del público, pero sí de esos que le encanta que haya un público atento, con ganas de versos, con la necesidad de escuchar algo que los revuelque por dentro, que los sacuda, que le erice la piel. Y de eso se trata. La poesía vuelve a recobrar su sitio. Lo pide a gritos. Y lo está logrando.

De la guagua al tren: haciendo poesía en las vías logró su cometido. Lo mismo fue un encuentro íntimo que público, demasiado frío (de la forma literal) y demasiado cálido. El único detalle, que creo no tiene nada que ver con la lectura, pero sí con la poesía y el tren, es que se estuvo demasiado cerca pero no lo suficiente. Vuelvo al inicio de este texto. Hubiera sido genial un poco de poesía en pleno viaje, pero por causa de las leyes federales y uno que otro arresto todavía vigente en la memoria colectiva, o personal, los versos entre parada y parada no se dieron. O no se han dado. Tampoco sé si darán. Un amigo chileno me habla a cada rato de un certamen de cuento en su país, con limite de 100 palabras, para los usuarios cualesquiera del tren porque quienes lo usan han mantenido la costumbre de escribir sus superficies. Tengo una amiga nicaragüense haciendo una tesis sobre la poesía escrita en el Tren A de Nueva York. ARCO, la feria más importante de arte en España, en su edición de 2005, tuvo un aparte con tres exposiciones documentales sobre poesía en trenes alrededor del mundo.

Y no es que invite aquí al vandalismo, al graffiti, al sharpie, (Mayda me va a matar) pero es que ese tren está tan limpio, bendito, tan limpio y tan limpio, tan puro y tan casto que es algo que duele. Dentro de un rato tampoco se podrá hablar, nadie podrá sentarse, terminará corriendo solo. Claro, ya rayo en el extremo, pero ahora soy yo el público hambriento de un poco de arte en los adentros de esos trenes, un poco de manifestación, un poco de poesía.

Anoche andaba con una amiga. Salió impresionada con el poder de la palabra. Es la primera vez que entiendo todo –me dijo– que todo el mundo suelta cosas intensas, me encantó. Y yo me sigo convenciendo de que se nota un cambio en la escena de la poesía local, sin la clasificación de Local Interest estilo Borders por favor, con relacion al contenido, cuestión de óptica mía, que anoche salió todo perfecto, que fue una gran lectura, que hay poesía, y poesía de la buena, para rato.



fotos por Alberto Martinez-Marquez

martes, junio 05, 2007

graffitti #14

me pides al hombre a pesar del verbo distante de mí
hombre es un verbo cercano al puño diestro de mi padre
a los suburbios de generaciones paternales que lograron construirlo
pese a todas las sonrisas inocentes de niñéz sin genero
que tuvo
alguna vez
y yo no puedo complacerte.

ESPECIAL PARA EN ROJO

por Rafah Acevedo
ESPECIAL PARA EN ROJO. Periódico Claridad.
Texto disponible en:http://www.claridadpuertorico.com/articulo.php?id=6312

El pasado 24 de mayo la Guagua de la Poesía siguió su viaje por la ruta de la seda (Café Seda) en el Viejo San Juan. Como en los anteriores jueves (día oficial de los vallejianos) una pléyade de poetas, oyentes y beodos se dio cita para escuchar y leer durante horas. Los mecánicos de la Guagua estaban allí: Luis César Rivera, Angel Luis Méndez, Etnairis Rivera, Néstor Barreto, Elizam Escobar. Y por supuesto, los invitados de esa noche que son parte de la cantidad inusitada de bardos que pueblan un país tan asediado por la banal prosa de los discursos oficiales.

John Torres, autor de Fracturas del devenir, inició la lectura en tono low key, pero con textos buenos. Le siguió Xavier Valcárcel, con un acercamiento más performático. Valcárcel pertenece a la activa Asociación de Escritores Universitarios y su Monólogo del solitario es de los mejores poemas del hit parade actual. También leyeron Astrid Lugo, poesía de suaves matices eróticos, buena proyección escénica, y Sally Nieves, versos intimistas, de amor y muerte. Ambas pertenecen a la Asociación mentada.

La noche continuó con participaciones heterogéneas. Federico Irizarry, cuyo personaje bloguero es harto conocido y apreciado, leyó de su libro Kitsch y algunos textos inéditos. Actualmente dirige el Colectivo Sótano 00931. Raúl Guadalupe leyó textos de El tierno vidrio de la noche y algunos otros sueltos. Poeta lúcido. Luego Norka Pérez Lozada, quien hace hermosos libros artesanales, presentó un texto que tiene visos de pieza teatral.

De lejanas tierras llegaron poetas. Ivette Serrano, de San Sebastián del Pepino, directora de la revista Púrpura, tuvo paciencia y leyó con ímpetu. Michelle Rodríguez Olivero, jovencísima viuda de Rimbaud, demostró una madurez desusada con un dominio escénico refrescante. Llegó, cuentan, de las lejanas tierras de Aguadilla.

Eddie S. Ortiz, bibliotecario del Hades, complació al público con poemas mesurados, de fina orfebrería conceptual. Dejó sin tocar un bongó de cedro que trajo por si las moscas. Estuvo allí en lectura iniciática Jorge Lázaro, posiblemente el más joven de los pasajeros que haya montado en la guagua en sus dos décadas de historia. Y, sin embargo, poesía lograda y, disposición de ánimo acompañaronle.

La primera tanda culminó con una lectura impetuosa en la poderosa voz de Kairiana Núñez. Los poemas de Rafael Acevedo (Moneda de sal) alcanzaron límites insospechados con ella, que tuvo como fondo sonoro el ruido controlado del maestro electrónico Marco Trevisani. Grazie, grazie. En la segunda tanda, cuando leyeron otra veintena de poetas, las cervezas habían nublado mi entendimiento. Pero sé que todo estaba en buenas manos. Allí estaban Rosario Quiles, Carlos Glaster, Payo Canino, Norka….

La Guagua termina su periplo este jueves 31 de mayo, conducida por la poeta Etnairis Rivera. Feliz término.

sábado, junio 02, 2007

Camino al sol

amigo, poeta, artista plástico, buen tipo, de la alta alcurnia de los Ibarra.
algo más? como diría Christian sobre la exposición. Altamente recomendable.

De poetas el tren urbano

Por: Yomaris Rodríguez
ESCENARIO

El próximo miércoles, 6 de junio, a las 7:00 de la noche, 15 escritores transformarán la estación del Tren Urbano de Río Piedras en un centro poético en la actividad denominada "De la guagua al tren haciendo poesía en las vías".

Ese día el servicio del tren será libre de costo al igual que el evento realizado como parte del compromiso social de la administración del Tren Urbano con la comunidad a la cual sirve.

Al presente los poetas confirmados son Mairym Cruz-Bernall, Ana María Fuster, Marioantonio Rosa, Irizelma Robles, Jocelyn Pimentel, Xavier Valcárcel, Amarilis Tavárez, Néstor Barreto, Christian y Carlos Ibarra, Vanessa Droz, Magaly Quiñónes, Alberto Martínez Márquez, Ángel L. Matos y Mayda Colón, coordinadora del evento. Todos comprometidos con la poesía y la cultura.

Para esta velada de poesía también colabora Matos, quien tenía interés desde hace algún tiempo en leer poesías junto a sus amigos en el tren, igual que hacían en la ruta de Río Piedras a San Juan de la guagua de la AMA.

"Somos un grupo variado en estilos y generaciones. Nunca se sabe qué sucederá, el primero abre paso a los demás y se vuelve un conversatorio. Conociéndolos unos se irán más por el corte social dado el espacio; y otros por la línea más lírica. Hemos compartido en diferentes actividades por lo cual conocemos nuestros estilos, será una lectura muy interesante", expresó Matos.

Acto seguido, señaló que escogerá lecturas de tema social porque "estaremos en el corazón de Río Piedras y es un ente social vivo. En teoría leeré cosas con mucha connotación social, pero nunca sé exactamente hasta que estoy en el lugar".