viernes, octubre 29, 2010

si la historia es cambio y la memoria permanencia
si adentro de la historia una casa puede ser
la permanencia
y adentro de la casa
lo permanente puede ser la historia
entonces un individuo es una casa y una historia
así como también una memoria.

si entonces uno es
memoria, casa, historia
uno es también
cambio
y cierta permanencia.

miércoles, octubre 06, 2010

Internet y movimiento estudiantil: La resistencia documentada

Reflexión a partir de la charla Universidad, ciudad y sociedad: el movimiento de mayo de 1968 en París, en fotos y videos a cargo del Dr. Juan Giusti Cordero

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La reciente lucha librada por los estudiantes del sistema de la Universidad de Puerto Rico, con su maquinaria huelgaria, ha trasformado miradas, fronteras, cierta conciencia nacional u opinión pública, e incluso, como ha dicho Anayra Santory, “transparentado la dinámica del aula como una forma alternativa de interlocución y convivencia para todos(as)”. Tal lucha ha puesto en evidencia, además, reclamos para nada intangibles que atañen, en plena coyuntura histórica y política, no sólo a la comunidad universitaria sino a todos los sectores del país. Por ello resulta interesante ponerla en perspectiva, por sus retos, peculiaridades y efectos, respecto a otros movimientos estudiantiles en la historia.


Precisamente, el pasado 26 de agosto, se dictó la conferencia “Universidad, ciudad y sociedad: el movimiento de mayo de 1968 en París, en fotos y videos” a cargo del Dr. Juan Giusti Cordero en el Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE), como parte de las actividades de los Jueves de Río Piedras. Con carácter multimediático, la conferencia abordó a modo de cronología mínima, el periodo entre enero y junio de 1968 en París, aunque con mayor énfasis en mayo, por haber sido el mes más crítico para el movimiento estudiantil parisino.


Aunque Giusti se centró en un extenso acercamiento detallado a las calles tomadas de París, también estableció paralelismos y contrastes entre aquel y nuestro movimiento estudiantil desde diversos ángulos. Mayo de 1968 en Francia, por ejemplo, se caracterizó por una ola huelgaria que se extendió vertiginosamente a todo el país desde la Universidad de Nanterre y de La Soborna, desembocando en una huelga general que en su momento más tenso, el viernes 24 de mayo, contó con casi 10 millones de huelguistas.


Nuestro mayo de 2010, por el contrario, no contó con una huelga general, pero sí con incidentes, manifestaciones y un paro general. No obstante, el periodo de lucha, aquí extendido desde abril hasta julio, se caracterizó al igual que el mayo parisino de 1968 por el cierre de recintos (diez de los once campus de la Universidad de Puerto Rico -donde la matrícula alcanza cerca de 62,000 estudiantes), por irrupciones y manifestaciones públicas dispersas, por la aparición, destaque y altercados entre estudiantes y la policía, por la colocación de barricadas y por la diversidad de actores involucrados.


Iniciado el 21 de abril de 2010 como un paro de 48 horas, el conflicto estudiantil en la isla se transformó dos días después en una huelga indefinida tras un tranque con la administración universitaria debido a los enfrentamientos entre policías y estudiantes ocurridos el día anterior que desembocaron en el cierre de la institución. A partir de entonces, el movimiento estudiantil se fortaleció con el apoyo de otros campus universitarios y luego con el apoyo de diversos sectores, artistas y la ciudadanía.


Con respecto al mayo del 1968 en París, el mes inició con el cierre de Nanterre, decretado por el rector el jueves 2 ante un rumor de la cercanía de turbas al recinto, y con el cierre y toma policiaca de La Soborna el viernes 3, decretada igualmente por su rector, lo que dio paso a arrestos y fuertes enfrentamientos.


Entre los sucesos más sobresalientes de dicho mes podemos mencionar la marcha del viernes 10, que culminó en la construcción de más de 60 barricadas callejeras y en el posterior ataque de la policía a estudiantes a eso de las 2:15am, la reocupación estudiantil de La Soborna el lunes 13 y la inmensa marcha, el mismo día, en la que confluyeron estudiantes y sindicatos en repudio a la violencia policiaca. El sábado 18 todas las universidades del país se habían ido a huelga, igual la compañía nacional de trenes, el servicio de correo, la industria química, todos los teatros, el personal técnico de la emisora estatal, el sector minero y el transporte público. Incluso, para el día 24, las operaciones en el tráfico aéreo y en las fábricas estaban prácticamente detenidas. Igualmente, el Banco de Francia, las refinerías de petróleo y las grandes tiendas por departamento habían cesado operaciones.


En Puerto Rico, entre los acontecimientos del mayo de 2010, podemos mencionar la toma externa de todos los recintos por parte de la policía, una marcha el jueves 13, desde el Centro de Convenciones de Puerto Rico hasta El Capitolio luego de una asamblea general de estudiantes, el multitudinario paro general de 24 horas el martes 18, convocado por organizaciones sindicales en solidaridad con los estudiantes, la histórica asamblea nacional de profesores el viernes 21, la intervención-manifestación realizada el sábado 22 en el centro comercial Plaza Las Américas, y la marcha del jueves 27, en la que se unieron todos los recintos bajo la consigna “La UPR es un país”.


A diferencia de aquél, el eje y escenario del movimiento estudiantil puertorriqueño fue la propia universidad y no las calles, aunque las calles fueron reclamadas a ratos como el otro espacio posible. Sin embargo, fue la universidad, sus recintos, por su encierro demarcado por muros y verjas, el escenario desde el que se gestó sin claudicación la resistencia. No sólo en contra de un recorte presupuestario de $100 millones a la institución, de la eliminación de becas estudiantiles por mérito, de la aplicación de una duplicación en el costo de la matrícula en la universidad pública del país, ni de de castigos sumarios en contra de estudiantes en lucha, sino también en contra de viejas nociones y etiquetas con respecto a quiénes son, qué es, por qué y cómo se gesta una lucha estudiantil. Desde la universidad murada, igual, el movimiento estudiantil en Puerto Rico logró involucrar multiplicidad de actores de sectores distintos en una lucha que se distinguió por la creación y uso de medios, y por insistir tanto en el diálogo como en la democracia participativa. De hecho, el mismo ha sido reseñado y visto, como el movimiento estudiantil más documentado en la historia contemporánea del país, en el que el Internet, como plataforma mediática y como archivo documental, se convirtió también en eje y escenario.


En resumen, la conferencia fue un repaso histórico a partir de documentación fotográfica, mapas, audio y videos originales, no sólo de la lucha estudiantil parisina y sus estrategias para visibilizar y concientizar respecto a sus reclamos, sino también una celebración por la existencia de un banco documental sobre aquel año, sobre aquella lucha. Más allá de la ola vertiginosa que provocó un acercamiento al mayo de 1968, la conferencia, en el subtexto, fue en sí misma una invitación a rescatar, preservar y accesibilizar la documentación de nuestros movimientos huelgarios precisamente en tiempos de sobredocumentación, en tiempos donde todos somos documentalistas posibles, historiadores posibles. Tiempos estos donde somos cada vez más cámaras digitales, internet, bloggers, microbloggers, redes todos de una red.

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Para descarga en PDF:http://mapacultural.wordpress.com/2010/09/16/internet-y-movimiento-estudiantil-la-resistencia-documentada/

martes, septiembre 14, 2010

El vocabulario de la madera

Por Ana Teresa Toro

para ver el árticulo desde su fuente original, acceda:
http://www.elnuevodia.com/elvocabulariodelamadera-778781.html

Si alguna vez ha visto a un niño desvestir a un árbol capa a capa, conoce usted el rostro de la fascinación. Si esa maleabilidad de los árboles pudiese apreciarse del mismo modo en los cuerpos; la maravilla de la experiencia humana de crecer y “hacerse gente” quedaría expuesta en toda su complejidad.

Algo de eso explora el escritor Xavier Valcárcel en su más reciente poemario “Palo de lluvia”, publicado bajo la firma editorial Agentes Catalíticos, y cuya presentación será este jueves a las 7:00 p.m., en la Librería Mágica, ubicada en el #1013 de la Avenida Ponce de León en Río Piedras.

Lilliana Ramos Collado e Irizelma Robles Álvarez tendrán a su cargo la presentación del poemario, el tercero del autor que, anteriormente, publicó “Cama onda” en el 2007 y “Anzuelos y carnadas” en el 2009, éste último en conjunto con Ángel Antonio Ruiz. Además, desde 2006, mantiene el blog: tendidonegro.blogspot.com.

“Este libro nace de la intención de trabajar con la metáfora de la madera en un taller literario. Luego se integró el tema del mar como espacio político. Con esas dos imágenes: el mar y la madera, se fue formando un caleidoscopio”, describió Valcárcel quien además es artista plástico y estudiante de Maestría en Administración y Gestión Cultural en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico; roles que combina con su labor como codirector de la editorial alternativa Atarraya Cartonera.

“Trata de un proceso de tránsito de la niñez a la adultez. Había trabajado xilografías y fui conociendo el vocabulario de la madera que puede ser sutil y erótico por ratos, pero también posee un lenguaje bastante violento”, expone el autor quien además aborda la idea de la madera como un material que invita a la fuga con la misma fuerza que a la huída.

“Pienso en las yolas y en las puertas... es una trampa”, finaliza.

Palo de lluvia: Presentación

El proyecto editorial Agentes Catalíticos se complace en invitarles a la presentación del poemario Palo de lluvia, de Xavier Valcárcel de Jesús, a cargo de Lilliana Ramos Collado e Irizelma Robles Álvares. La misma se llevará a cabo el próximo jueves 16 de septiembre, a las 7:00pm, en la librería Mágica, #1013 de la Avenida Ponce de León, en Río Piedras.

miércoles, septiembre 01, 2010

Cuerpo y performance: La posibilidad ominosa

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vea este artículo desde su fuente original, en:
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Visto como lugar de inscripciones socioculturales, como soporte de codificaciones de las relaciones de poder, como campo de batallas (pensando en las luchas de representatividad, identidad, genero, raza y nacionalidad), el cuerpo debe reconocerse como una posibilidad ominosa. Lo ominoso, descrito por Freud en su libro Tótem y Tabú (1919), analizando el término alemán "unheimlich", refiere a lo siniestro, a aquello que pertenece al orden de lo terrorífico; aquello que suscita angustia y horror. “Lo ominoso,- puntualiza- sería siempre, en verdad, algo dentro de lo cual uno no se orienta”.

El cuerpo, según teorizado por Judith Butler, es, además de discurso-vehículo-espacio-destino de resistencias, un espacio de desorientación que puede estar poblado de signos, o ser un signo equívoco, o sólo -degradándolo a la cosa- ser un signo. Ello hace posible, entonces, adoptar el término ominoso para esta lectura sobre el cuerpo, porque el cuerpo, de hecho, es también un algo dentro del cual uno no se orienta.

Uno, dicho en primera persona refiriendo a cualquier yo, en el contexto de esta última oración significa que no es el yo quien se orienta en un proceso democrático dentro del cuerpo, sino que es el cuerpo, entendido ya como un espacio moldeado e invadido por discursos políticos y socioculturales, el que orienta; el que se manifiesta. Ello se ha venido discutiendo, teorizando o depurando desde principios de siglo XX.

Desde la década de los sesenta, con las primeras experiencias del arte corporal (Francois Pluchart, Yves Klein, Piero Manzoni, John Cage, Fluxus, Georges Bataille…), las posibilidades del cuerpo y el cuerpo mismo se han problematizado a tal punto que ya no sólo se habla hoy del cuerpo como un espacio de diálogo, sino como un espacio desde el cual el yo no puede decir todo; como un espacio desde donde el diálogo del yo con el mundo ya no puede darse, a menos que medie el cuerpo en el asunto. Hablo aquí pensando desde el performace.

“La palabra performance se utiliza para designar aquellas obras temporales hechas principalmente por artistas plásticos en las cuales el cuerpo mismo del artista es el material principal utilizado para la producción de dicha obra." (Rivera, 2002) El performance, entonces, puede mirarse como una suerte de producción corporal que produce signos; es decir objetos, fenómenos o una acción material que, por naturaleza o convención, representa o sustituye a otro. Un signo es un indicio, una señal, una figura, una unidad de lenguaje.

“No es casual que el performance haya surgido entonces como un desplazamiento de artistas plásticos buscando redibujar las fronteras del lenguaje pictórico y rompiendo con esquemas de significación ya obsoletos (el cuadro, la escultura, el dibujo). En este contexto, el cuerpo se ubica en el centro del escenario del arte, el cuerpo como signo en la frontera del diálogo. El cuerpo es, así, el medio de expresión de una nueva grafía. (Tort, 130)”.

En su ensayo, Dermografía: Cuerpo(y)signo en el arte del performance (2004), Bernat P. Tort define la grafía -el signo- como dolor, y el cuerpo como el lugar de las incomodidades. A la luz de tal texto, la incomodidad podría definirse como la imposibilidad del dialogo; como el asedio de discursos frente a los cuales el cuerpo es el único capaz de decir.

Claro, las posibilidades del decir del cuerpo no sólo se han problematizado, sino que también se han investigado y refinado en proyectos mercantiles, mediáticos y de publicidad como estrategias para lograr el consumo masivo. De hecho, esta última ha logrado la creación y recreación de cuerpos y su mercantilización difundiendo modelos a seguir a partir de construcciones de percepción e identidades visuales. Juan Carlos Gaudí, en su libro El cuerpo en venta: Relaciones entre arte y publicidad (2000) habla incluso del cuerpo impreso, del cuerpo que se vende, objetualizado, que no es otra cosa que una posibilidad ominosa del cuerpo en lo contemporáneo.

Hablo aquí de posibilidad ominosa del cuerpo y no de cuerpo ominoso pues lo que pretendo no es hablar del cuerpo siniestro, sino de las posibilidades siniestras del cuerpo de suscitar angustia y terror desde y con el propio cuerpo. De ahí, que Bernard Tort insista en su ensayo en que el dolor es una forma de decir que “a pesar de no tener voz, tiene grito, alarido, gemido”.

Y no es que el yo no tenga voz. El mundo está poblado de palabras, de discursos, de voces. Aquí se habla del arte y de la posibilidad de decir en medio de un mundo ahogado en el caos de las representaciones, las relaciones y las interferencias; ahogado en el caos de la materialidad y de los símbolos. Decir entonces con el cuerpo, desde el cuerpo, “lanzarse hacia la fibra misma de la materialidad” como señala Tort, “hacia la corporalidad”, parece ser, artísticamente hablando, la única posibilidad en tiempos en los que la desorientación ya no es signo sólo del cuerpo, pero es el cuerpo, por lo humano, lo que el otro puede reconocer.

¿No es acaso siniestro, doloroso, incomodo, desorientador eso de distorsionarse el cuerpo, hacerse marcas con los dientes propios, quemarse y cortarse los brazos, guardar un pergamino en la vagina, enterrarse tachuelas y cortarse las palmas de navaja con las manos; eso de cortarse diseños en la espalda? Pues si, y todo ello, además, es una forma de decir. Son performances de Ana Mendieta, Vito Acconci, Diamela eltit, Carolee Schneemann, Gina Pane y Ron Athey respectivamente.

Sin embargo es también siniestro convertir el cuerpo en un espacio público frente al ojo de los espectadores, o a su merced. Asumir la violencia con el cuerpo, aun sabiendo que el cuerpo se violenta contra sí. Es siniestro además decir, o querer decir (anclándome en la imposibilidad) con el cuerpo -pensándolo como signo, como unidad mínima de lenguaje- y no lograrlo. Es siniestro, más siniestro, pensar en los destrozos del cuerpo, en la muerte como condición de posibilidad de la apertura del dialogo, para poder decir desde la ausencia.

Podría terminar problematizando el comentario Tort en su ensayo cuando dice “por esto, el performance es una suerte de terrorismo” que bien podría ir de la mano de lo terrorífico. Pero ello sería resbalar sobre otra posibilidad ominosa del cuerpo. Lo que se quiere apuntalar aquí es que en lo contemporáneo, artísticamente hablando, el cuerpo ha quedado relegado a lo siniestro. O se dice desde él. O se cede al caos con él.

Entienda usted que aquí, siniestro tiene que ver con suscitar.
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Bibliografía

Pérez Gauli, Juan Carlos. El cuerpo en venta: relación entre arte y publicidad. Madrid: Ed. Cátedra, 2000.

Rivera, Nelson. Puerto Rico: Performance y violencia, arte y criminalidad, en Dorian Lugo, ed., Saqueos. San Juan, Puerto Rico: 2002, editorialnoexiste, ensayo 1 (12 pp. Sin numeración.)

Tort, Bernat. Dermografía: Cuerpo(y)signo en el arte del performance. Catálogo Trienal Poli/gráfica de San Juan: América Latina y El Caribe. 2004.

sábado, julio 24, 2010

certeza

pecho es un cántaro de barro crudo y seco
lleno de rayos y estruendos
de agua copiosa imaginada


una barriga de larvas
que de a poquito se enteran
que éstan creciendo algo.

así me entero yo de esto que llevo
un tambor de cerámica frágil por ti
abierto y sin cuero;
este terror de tropezar y derramarme encima
nada
luz, descargas y luz y animales que pronto echarán alas.

lunes, junio 14, 2010

hablo y emprendo borraduras.
escribo líneas y el vacío se las come con un hambre prehistórica.

lunes, junio 07, 2010

Labial y cuchillos: batallas en Miss carrusel

Entrevista a Mirna Estrella Pérez
por Xavier Valcárcel



Estoy convencido de que Miss carrusel es una foto-postal sobre el hastío. Claro, podría hablar igual del vacío, de la rabia, de la personificación de la nada, pero es imposible no toparse con la imagen del hastío en primer plano, entendido aquí como una navaja de dos filos, entiéndase aquí repugnancia y disgusto, que al estar en una voz femenina, tajeando su propio estereotipo, convierte éste poemario en uno poderoso. ¿Crees que este poemario, o esa (tu) voz, rompe con las poéticas femeninas en Puerto Rico?
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Desconozco si el poemario, la voz, rompe con algo, mucho más si ese algo suena tan fuerte como “poéticas femeninas en Puerto Rico”. Es trabajo del crítico hacer una valoración al respecto. Yo hice mi parte del trabajo: lo escribí. Sólo puedo decirte que Miss carrusel no me parece un libro depresivo, sí liberador.
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En Miss carrusel puede percibirse un asome narrativo. Hay un personaje principal y personajes secundarios ("quien habla es una invención", dice en el poema quince), varios conflictos evidentes, una narración descriptiva casi puntillosa del entorno, de las habitaciones de hotel, del cuarto de niña y sus juguetes; de las mañas de quien habla. ¿Es esto un artificio de la propuesta de este libro? ¿Es un recurso para armar una estructura, un hilo conductor?

Admito que la mayor parte del tiempo no sé donde estoy parada. Este despiste mío, esta ausencia de planificación, y de otros términos que ahora se me olvidan, me ha sido cuestionada antes. No es algo que me quite el sueño.

Las pocas veces que he intentado idear un concepto y trabajarlo me he quedado con la página vacía. Todo puede estar muy bonito en mi cabeza: qué es lo que quiero, cómo plantearlo, pero a la hora de sentarme a escribir no puedo con la presión. Abandono el proyecto. Por eso opto por darme el espacio, fluir sin interferencias, dejar fuera las ambiciones; si ese espacio se compone de años pues años serán.

¿Cómo ideaste este libro? ¿Cómo fue ese proceso de escribirlo o de juntar los poemas que lo componen?

Hablando de fechas… el primer poema de Miss carrusel se disparó a finales de julio 2008, a mi regreso de México. Así como fueron acumulándose los meses, las experiencias, tras ese viaje; también se fueron acumulando las letras. No fue hasta el noveno o décimo poema que intuí que lo que estaba escribiendo era un libro, entonces vi el hilo conductor y vino la pausa. Creo que me asusté. Con la poesía soy una desorganizada, tengo problemas para mantener las cosas en su lugar. Para ser disciplinada ya tengo un trabajo a tiempo completo, un contrato que me exige una hora de llegada y de salida, un programa de vacaciones, un pago quincenal. Para escribir yo necesito libertad de movimiento. Puedo soltarlo todo cuando me place y retomarlo cuando me place.
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Comencé a vivir con este libro en julio 2008. En marzo 2010 le di el espacio para que se fuera a vivir solo. ¿Qué pasó entremedio? Sabrá Dios.

Además de los amantes y de la serie de abandonos, hay un volver constante a la niñez. Además hay un dialogo, a modo de mirada al espejo, entre la mujer y la niña. La mujer es merecedora de esa serie de abandonos, “pendeja” aunque presuma la malicia, rodeada de muebles, incapaz de dormir sin la compañía de las voces de la tele. La niña es los juegos, felicidad y disfrute, la posibilidad de un regreso, la ignorante del futuro. La mujer se dice a sí misma: “la infancia es una calcomanía”; “de pequeña no te queda nada”. Háblame de esa batalla.
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Quién no quisiera regresar al punto de partida, arriesgarse a tomar otro camino, por la mera curiosidad de descubrir qué hubiese pasado, cómo sería ahora la vida. No sé, hay cosas que pueden envidiarse de la infancia, como el haber sido medianamente feliz. Hay otras cosas que sólo la adultez puede ofrecerte.
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¿Cómo miras la adultez?
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De adolescente pensaba: cuando tenga un ingreso, un auto, los 18… no habrá quien me detenga. Es gracioso. Llega un punto donde tienes el ingreso, el auto y no 18, sino 31, pero no sabes qué hacer con tanta “libertad”, porque ahora hay reglas. Te podías equivocar a los 10, a los 14, incluso a los 17; inmadurez le llaman, pero ni tú misma te puedes perdonar meter la pata a los 31. Es inevitable hacer el recuento de lo no alcanzado, ya no aspirar a una estabilidad sino exigírtela. Las cosas se complican en la medida que tachas el calendario, las oportunidades que dejaste ir no estarán dándote la vuelta por si te arrepentiste, y vendrán otras, claro, pero tal vez te lo pienses tanto antes de echar mano de ellas que se vayan. No deja de ser un juego. Prueba y error.

Para mí este poemario se titula Miss carrusel porque hay un enfoque constante en la machina y en las vueltas. Puede leerse como una metáfora de la infancia, pero también como un estado de la adultez en el que uno se reduce a ser una maquina absurda, un aparato de uso, incluso un mueble, en este caso giratorio. Lo de Miss, tiene obviamente una carga mediática, habla de esa competencia de mujer bella, de un prototipo, que aquí se mutila y se circula como farsa. ¿Por qué Miss carrusel? ¿Por qué poetizar y rebatir todo eso?
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Podría despachar esta pregunta con una teoría feminista, social y antropológica. Pero ni te haré perder el tiempo a ti, ni lo perderé yo. Miss carrusel, como título, me llega a través de una canción de Nacho Vegas. Me pareció divino. Y esa es toda la historia. Corta, como verás. No hay grandes misterios alrededor de ella.

¿Cuáles lecturas femeninas te han marcado?

En orden de llegada: Julia de Burgos, Sylvia Plath, Anais Nin, Anne Sexton, Rosario Castellanos, Rosa Silverio, Gloria Fuertes…

¿Qué relación tiene este poemario con la televisión, con los realities shows?
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La tipa, personaje principal, voz poética, llámesele como se le llame, se expone y expone a otros al juicio colectivo. Para muchos lectores es inevitable enlazarme con ella. Es un riesgo que asumo al hacer público el trabajo. Un amigo me comentó: “leer esto es como leer un diario. No puedo parar, porque sé que es inmoral invadir así la privacidad de alguien” Viéndolo desde esa óptica, el poemario podría guardar, por momentos, relación con ese tipo de espectáculos.
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Volviendo al hastío y a esa voz femenina con su navaja de dos filos ¿es el hastío una calcomanía en tu trabajo? ¿Igual esa voz? ¿O es ese tu estilo, sobre lo que te gustaría seguir trabajando?
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Como te dije, le tengo fobia a planificar. Supongo que eso de la voz, el estilo y otros etcéteras son cosas que adquieren los escritores con el tiempo. Tras terminar este poemario me dije que dejaría la poesía a un lado. Hacer la transición, aventurarme con la narrativa. Pero estoy consciente que en el mencionado género necesito seguir reglas, ser disciplinada, atar cabos. En la poesía siempre hay sus licencias. El que lee se vale de su interpretación, el que escribe se vale de su intención y mientras se respete el perímetro todo estará bien. En narrativa no puedes matar al gato en el capítulo dos y ubicarlo entre los pies del amo en el capítulo 5… bueno, tal vez sí puedas, es cuestión de tener poder de convencimiento.
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¿En qué se diferencia Miss carrusel de Manifiesto sobre las tristes, tu primer poemario?
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Manifiesto sobre las tristes no fue un libro esperado, pero supo sostenerse solo. Me abrió rendijas y puertas. Me dio y me da satisfacción. Miss carrusel es la prueba de fuego, supongo. Es mi primer libro publicado aquí, en P.R. En eso, mayormente, estriba la diferencia. Probablemente también deba mencionar que ahora me siento más madura, poéticamente hablando. ¿La similitud? Ambos poemarios son un reto a la suerte, al azar. Nunca se sabe cuál será la reacción del público lector. Para mí es importante ver cierta madurez entre trabajo y trabajo. Es cuestión de satisfacerme. Hoy puedo sentarme con mis tres libros y tras releerlos decirme: vas creciendo, pero te falta, siempre falta. El día que cese ese deseo de superarme, que me sienta anclada, me voy.

lunes, mayo 31, 2010

Xavier Valcárcel: El delirio de la xilografía

Por Rey Andújar



publicado originalmente en:
http://mediaisla.net/revista/2010/05/xavier-valcarcel-el-delirio-de-la-xilografia/


Poco antes de Anzuelos y carnadas, un galanteo entre el performance y el arte postal, ya me interesaban los textos del poeta en Tendido negro, un blog en donde puede apreciarse el carácter multi-interesado de su obra. Lo escrito por Xavier Valcárcel tiene el gesto sutil; sugiere la pausa; invitan a releer.

Palo de lluvia (Agentes catalíticos, 2010) es su trabajo más reciente. Fui invitado a escribir un pre-texto para este libro, de ahí que ahora pregunte.

Si algo llama la atención en estos poemas es su estado transitivo, es decir, el ser reconocido en el otro al descubrir, traducir, lo dejado atrás.

Me parece certero que esto inicie con una mirada a ese estado transitivo, precisamente porque los poemas en Palo de lluvia son una mirada al tránsito. Además, porque la mirada entre otras cosas, depende de eso, de cruzar una distancia, de hacer un recorrido o su inventario. Entonces, como la intención era enfocar en toda la problemática de ser, como verbo, nada mejor que la mirada y su centrarse en el tránsito. Pero tránsito en Palo de lluvia tiene que ver no primariamente con andar, desplazarse o huir, sino con ese otro tránsito: de la niñez a la adultez, de la semilla al árbol, de la ilusión al desaliento. Es más una mirada al tránsito como proceso, como un desarrollo, como curso. Cosa que no es siempre ni necesariamente lineal, ni perfecta.

Descubrir eso último y luego problematizarlo es en parte el resultado de mirarse, casi como enfrentándose al espejo, a una imagen doble que puede nombrarse y señalarse como otra. Yo soy de los que cree que cuerpo y mente son dos cosas distintas con suertes distintas. El cuerpo no siempre responde como la mente quiere, así como tampoco la mente va necesariamente con los dictados del cuerpo. En este poemario el cuerpo reconoce a la mente, igual el niño reconoce al hombre, el mar a la madera y viceversa. Hay en el poemario, pues, constantes dinámicas de descubrimiento y reconocimiento; hay apegos y desapegos con lo que se quiso ser y lo que se es, sueños de niño, decepciones de hombre, diálogos entre uno y otro, inconformismo y conformismo todo conviviendo. Es decir, muchas relaciones en tensión, que en el poemario aparecen a punto de resolverse.


—Estructura/Influencias: En la mejor tradición poética Caribe hay un constante recurrir al entorno natural; pienso en Pedro Mir, Matos Paoli, Corretjer, Lezama. En la construcción de tu poemario lo citadino remite a lo secundario, siendo lo principal la dialéctica entre lo biológico y lo botánico, las geografías, ¿por qué escribir playa en vez de ciudad? ¿Cuáles lecturas del Caribe te han marcado?

Yo pienso además en Virgilio Piñera por La isla en peso, a Derek Walcott por Omeros y en Graciany Miranda Archilla por Responsos a mis poemas náufragos. Además, en Irizelma Robles Álvarez por De pez ida.

Creo que ese recurrir al entorno natural es inevitable en El Caribe. En casos de islas con ciudad, para nosotros en Puerto Rico no hay tal cosa como ciudad porque no nos existe, siempre queda el mar y su presencia bella y desesperante, o bien están las montañas o desembocaduras de río con todos sus arrastres demasiado cerca. Para mí, recrear y recurrir al entorno natural tiene que ver con trabajar con el entorno en el que he crecido, frente al que he desarrollado una mirada particular, poética. He vivido a menos de 10 minutos de distancia de la playa toda mi vida, sé su lenguaje, de la pesca, además me interesa muchísimo el mar como espacio político.

En el texto que escribiste para el poemario señalas que insisto en la playa, en la orilla, como espacio de cópula para madera y mar. Además, dices que por su naturaleza biológica un ser humano está más cerca de una flor, de un árbol. Precisamente por trabajar la dialéctica entre lo biológico y lo botánico, la ciudad nunca fue una opción. No sólo porque en Puerto Rico ciudad no existe y porque no la había experimentado por no vivirla, sino porque yo había decidido que quería trabajar un poemario sobre la madera y el mar. Y punto. Madera como metonimia pero también como material. Quería hablar del árbol para hablar del hombre, de las tablas, las astillas y el aserrín para hablar de la carne, de la sexualidad, del uso, de la impresión gráfica. En cuanto al mar, quería trabajarlo como espacio de posibilidad, de ida, como ese sitio incierto demasiado parecido al destino que puede resultar de encuentro o desencuentro.

Con respecto a literaturas del Caribe para mí trascendentales, creo que La isla en peso de Virgilio Piñera, desde su principio, “la maldita circunstancia del agua por todas partes, me obliga a sentarme en la mesa del café, si no fuera porque el agua me rodea como un cáncer, hubiera podido dormir a pata suelta” fue una de esas que me dejó su marca larga. Igual De pez ida, con el que hay un dialogo evidente en Palo de lluvia. Además, influenciaron este libro el poemario Jardines de la lengua de Pastor de Moya, la novela Trece Grado de Alejandro Soto, en la que hay también un discurso importantísimo sobre el tránsito de niño a hombre, de inocencia a adultez, así como los cuentos y las novelas de Pedro Juan Gutiérrez porque en ellas aprendí un poco más a leer las significaciones de la playa. Como frontera, como el único lugar para estar salvo en una isla, como medianera, como punto de escape y fuga, como espacio de llanto, lujuria, nostalgia, muerte e ilusión.

—El asedio al lugar de origen regularmente plantea paralelismos en los estímulos y pasiones que influencian o determinan las acciones del presente; hay apartados en este poemario que evidencian un afán por el retorno, ¿en qué otro sentido te interesan las raíces?

Tengo que admitir que soy un tipo bastante nostálgico —no llorón, sino nostálgico—, y que esa nostalgia tiene que ver, en cierta forma, con la decepción por proyectos que soñé de niño y que no fueron o no pasaron o que no se darán. Entonces, en Palo de lluvia se problematiza eso. Hay todo un jaloneo con respecto a dónde posicionarse, a qué decidirse y por qué. Por ejemplo, en el poemario habla el hombre y habla el niño desde adentro del hombre como si el hombre tuviera que rendirle cuentas al niño.

Uno de niño se pinta la vida y planifica todo muy bonito. Hay una inocencia muy linda con respecto al futuro. Pero uno crece y todo cambia. Vivir es dar vuelcos, así que todo se vuelca y en ello la inocencia se vuelve una postal color amarillenta. Para mí, el afán por el retorno en este poemario tiene que ver un poco con eso; con volver al tiempo del niño, con tratar de remediar. Cosa que es un ansia loca, una ilusión, porque uno se da cuenta que ese regreso es imposible, que lo que queda es aceptar y asumir la realidad. Por eso la idea de arrancar —que es un verbo violento, que implica desprenderse al aire, de un todo—, y la mención de las raíces.

Yo pienso la raíz como el principio, como la procedencia, pero también como la verdad, que aquí es algo que se mira, se cuestiona y contra lo que se emprende una violencia. Con relación a tu pregunta, en qué otro sentido me interesan las raíces, creo que me interesa problematizarlas a fondo. Quiero debatir las procedencias, alejarme del esencialismo, del construccionismo social, replantearme la verdad, los roles, el género, el sexo, la sexualidad.

Entonces decidí empezar conmigo.

Colaboras con grupos de danza teatro y colectivos de gestión cultural, ¿trabajas dentro de un proyecto artístico delimitado? Cuéntame del carácter multidisciplinario de tu propuesta.

Eso de multidisciplinario es un lío. Mucha gente a menudo me dice, concéntrate en una cosa Xavier, concéntrate en una cosa. Pero pasa que no puedo. Cuando estaba en la escuela juraba que iba a ser actor, entré a la universidad a estudiar arquitectura y me olvide de aquello, después me cambié a la facultad de educación para concentrarme en bellas artes y en el ínterin tuve mi acercamiento con la literatura. Ahora hago una maestría en un programa interdisciplinario, y a cada rato me entra la idea de dejar eso para estudiar cocina. En ese sentido ni me es preciso, ni puedo trabajar en un proyecto artístico delimitado. Porque los tiempos no son eso. Últimamente, he tratado de experimentar con danza por aquello de poder decir desde y con el cuerpo. Y no es necesariamente porque haya compartido mi vida con alguien que hace danza, aunque también eso influencia, sino porque a veces me pasa que desde la palabra no puedo decir todo.

De ello he aprendido y robado algo, y ha sido riquísimo. Sobre todo porque ese experimentar ha colaborado en hacerme un tipo más plural y más sensible, en reconocer el lenguaje y la belleza desapercibida de muchas cosas. Lo multidisciplinario me ha transformado la mirada.

—El discurso subversivo en tus textos se aleja –al menos en forma evidente– del estatus colonial y se instala en lo carnal; en el comportamiento de la sexualidad. ¿Existe una literatura homoerótica? ¿Es necesaria esta sub-generación? ¿No es toda literatura, literatura?

Si existe la literatura homoerótica y una tradición de literatura homoerótica es porque alguien la nombró. Existe lo que se nombra. Así que, sí, existe. Además, en Puerto Rico hay un colectivo de escritores llamado Homoerótica que existe por lo mismo, un grupo-familia que ha abierto un espacio y un taller importante que ha sido reconocido y aplaudido como tal, por su gesta y por su compromiso hacia una literatura de ese tipo. Sin embargo, he sido enfático en eso que señalas. Toda literatura es literatura. En ese sentido no creo necesaria ni la subdivisión ni la sub-generación porque puede leerse como una limitación, como un encierro o como una etiqueta.

Del texto que escribiste para Palo de lluvia, uno de los comentarios que no te hecho es precisamente la omisión de un puntillismo o un énfasis en el discurso de la sexualidad en el texto. Cosa que, lo admito, me gusta. Habrá quien lea Palo de lluvia como literatura homoerótica, pero el texto no fue ideado ni escrito para leerse como tal. Yo no me considero un escritor de literatura homoerótica, ni considero mi propuesta como homoerótica aunque haya referencias directas a la erótica y a la bisexualidad. Quizás ahí se instala primariamente el discurso subversivo del que hablas. Hay un interés en enfrentar la sexualidad, en debatirla. Hay un interés en replantear y repensar categorías y posiciones. Sin embargo, aunque ese discurso se instala en lo carnal y se aleja del discurso colonial isleño, sí creo que es preciso señalar un colonialismo y una resistencia colonial en el texto. Ahí me anclo en Judith Butler. ¿Qué es la heteronormatividad sino todo un proyecto colonial; de conquista?

—¿Existe racismo en Puerto Rico?

Sí. Existe. Así como la xenofobia y la homofobia.

—Salvo propuestas de publicación artesanal y texto performance, podría decirse que es este tu primer libro. ¿Cuál es la situación editorial en Puerto Rico?

Digamos que vivimos el capitalismo desmedido y que la situación editorial en el país es también el reflejo de la situación editorial latinoamericana en medio de lo mismo. Hay desplazamientos, entramados, puede reconocerse una lógica neoliberal que controla mecanismos de producción, distribución y venta de mercancías culturales. Sin embargo hay muchos proyectos editoriales nacionales y por lo mismo muchos libros nuevos saliendo constantemente. Paralelamente, también hay proyectos editoriales alternativos, de empoderamiento, colectivos o individuales, que están haciendo lo suyo.

Por mi parte, dirijo junto a la poeta Nicole Cecilia Delgado el proyecto editorial alternativo Atarraya Cartonera, que además de instaurar las bases del movimiento cartonero en Puerto Rico —con larga tradición en Latinoamérica—, es una reacción directa a la situación editorial en el país. La propuesta es hacer libros a bajo costo con desechos del consumo capitalista y ponerlos en circulación por vías alternativas. Los libros se hacen con cartón, fotocopias, grapas, aerosol y pintura de casas.

Palo de lluvia puede ser abordado como mi primer libro. Cierto. Sin embargo, hay dos poemarios anteriores que son proyectos serios de autogestión; por ello tienen toda la validez. El primero, Cama onda, publicado en 2007 en una tirada de 100 ejemplares originales numerados. El segundo, Anzuelos y carnadas, publicado en 2008, fue escrito y gestado junto al poeta Ángel Antonio Ruiz.

viernes, mayo 21, 2010

la verdad

"quiero decirle a todos largo. estuvo bueno. ya.
no quiero que me pregunten qué me pasa
y tener que dar explicaciones de mi miedo."
-Nicole Cecilia Delgado


voy a quitarme tu camisa
porque si no sobrevivo entre tanto olor de aquello
que ahora es mi terror de su presencia en eco
una voz inventariando pérdidas
repitiéndome
tus músculos de flor
abiertos como un obturador
hambriento de espontaneidad y brillo
tus escápulas y los balcones
panorámicos sobre el silencio
tus coyunturas giratorias, todo lo lindo
que pasó
como una ráfaga con máscara
en este precioso carnaval de mierda.

voy a quitármela
porque si no no puedo
con el peso
de llevarte
en sudores que le construyeron
sueños a otro tiempo
todo eso que soplamos y quisimos
a pesar de tanto y tanta falta
de palabras
para sentirnos la cordura y la razón.

hoy tengo dolores con tu nombre
esparadrapos en la tráquea, mala suerte
y rabio incandescente.

mi adultez tiene tu dirección
tus navajas de afeitar
puestas tus medias.

no es mentira un poemario de violencias cotidianas
en mi cuarto.

de pronto no hay escapatorias.
uno vuelve a los espejos, al blindado abuso y a los huesos.
un domingo puede ser definitivamente un plan de odios
un foco de infección y mocos
estupidez, pendejería pura y desconsuelo.

debo volverme al principio antes de ti
arrancarme de raíz y matar todo.

porque sembrarme nuevamente no valió la pena.

ya sé, fui yo quien puso un no al final
frente a tu boca
el que cerró el anuario en el que nunca debatiste
mi exceso de palabras a pesar de cuánto quise.

ahora obligo la rabia a la escalera
con un cansancio craso de tener que decir siempre
lo que pasa
tus palabras y las mías
y las de todas nuestras cosas
a las que no les hemos dado voz
pero la tienen.

uno sabe lo que dicen los espejos y las sábanas
los platos sin fregar
las sillas distantes de la mesa.

ese cactus por ejemplo
tiene un argumento elemental sobre el descuido.

así el orégano y los peces olvidándose entre el limo
ciertos vasos, ropa sucia, la ciudad y su derrame en luz
que no sirve de nada si ya ninguno mira.

ya sé que en el último momento
nadie cegó los puños con relojes
que tu premura no insistió por mí, ni tú
que no insistió tu pecho en el peligro de los fríos
ni en el terror tus manos
por volver a los futuros sosteniendo en vidrio
noches
hombres sin luz, pedales de aceleración
estómagos escrotos.

el detallito es que de pronto me he quedado solo
abruptamente así
así
con toda la ilusión como un papel de baño.

contra el piso, chico
descalzo y de regreso
a una desnudez que había olvidado
que no quiero.

jueves, abril 15, 2010

jueves, marzo 25, 2010

domingo, marzo 07, 2010

22.

al fondo
algo da vacío.

sospecho que es así
que las monedas van perdiéndose en nosotros.
17.

demasiadas cosas pasan
tu presencia en mi reloj ruso
el autobús fugándose a lo lejos
la escasez, la noche de Santurce, el amante
un automóvil a millas
un discurso de fondo
un muchacho con un reloj ruso y nada más.

todo se ha reducido a la contemplación de uno mismo.

queda atrás la ciudad, el túnel y el puente
esta ruta, el agua, las cosas comunes;
el asfalto, las huellas, este tiempo
la luz.
12.

regresas del viaje
como una flor de Marpacífico
de aquel espacio descrito por las cartas
en la alta noche
a tientas de un hombre.

por un atajo submarino
llegas hasta la infatigable huella
con todas las extrañesas posibles
a la propia definición.
4.

tras el viento
siento el árbol que ya eras
en la casa

su posible relieve
desnudándote del mundo
un agujero negro.

jueves, febrero 18, 2010

Hay en la luz verde de este silencio ojeroso
una sonrisa sutil que despierta

rompo galletas como si hubiera con quién compartir
y la casa exhala como tirada en su pose de siempre
hacia atrás
rendida de ser un grafema
ignorado por los mapas

sábado, enero 16, 2010

Solidaridad de pronto es esto

.
Comida enlatada para los que sobrevivieron. El radiomaratón, el telemaratón improvisado, el esfuerzo de juntar agua embotellada, el circuito inacabable de noticias. Reporteros con voz cruda calculando cifras, esperando imágenes. Camarógrafos empedernidos en resignificarle al mundo la esperanza, enfocando todas las miradas posibles, todas las rasgaduras, todas las extremidades rojas y negras blanqueadas por el polvo o por las gasas.

Solidaridad de pronto es esto. CNN en español reportando sin parar. CNN en ingles reportando ininterrumpidamente. Telemundo con corresponsal puertorriqueño en Puerto Príncipe. Los $100,000,000 de Barack Obama y el avión cargado de asistencia china y perros. El gobernador de Puerto Rico debajo de un paraguas en el estadio de pelota pidiéndole al pueblo por Haití. La epidemióloga del estado exhortándole a nuestros rescatistas no olvidar el repelente de mosquitos. Mi madre sentada frente al televisor igual que el día de las torres gemelas. Mi vecinita preguntándome antes de abrir la puerta de mi casa si me enteré del terremoto.

Hace meses atrás leí en un periódico local que en Haití comen pica. Se trata de un desesperado remedio llena-estómago: galletas hechas de una mezcla de barro seco amarillo, sal y grasa vegetal que se deshace tan pronto se toca con la lengua. Un periodista que se atrevió a probarlas señaló que una vez ingeridas, y por horas, dejan un desagradable sabor a tierra y cosa fétida. Y que cuestan. Las galletas de barro son más baratas que cualquier otra comida, pero muchos haitianos siquiera tienen dinero para comprarlas.

De ese día recuerdo poco; salvo los ay bendito y el asco dibujado en algunas bocas según leía. Entonces, y otra vez, volví a resentir la ignorancia, ese dejo generalizado de olvidar por ratos nuestro dónde, nuestras verdaderas distancias, nuestras cercanías.

Ahora esto. Un estimado de más de 100,000 muertos. Desolación encima de la desolación, el caos sobre el caos, la emergencia en el lugar de la emergencia. De pronto la noticia del temblor superpuesta a aquel artículo sobre pobreza, malnutrición, desnutrición severa; sobre el hambre y los dolores intestinales que provocan las galletas de arcilla por contener toxinas potencialmente mortales y parásitos. La noticia del temblor no puede olvidarse con un cambio de página. Cuatro días y lo mismo.

Para los medios es la noticia perfecta (no necesariamente por los muertos). Y eso jode.

La noticia del temblor es la noticia del país que necesita diplomacia y un despliegue de héroes. Es la noticia del país, exótico país de la injusticia, la violencia y el desorden al que no se ha entrado nunca como se ha entrado ahora. La noticia del temblor es la noticia del temblor en el país hoy oportuno y siempre castigado, al que le ha llegado el tiempo, todos los ojos y todos los rescatistas. País, en mayúsculas, vaya País, origen del Caribe, acusado de ser la maldición, el encierro de la peste, condenado a la soledad por su “humillante” triunfo.

Hace meses atrás aquí nadie miró hacia el oeste. Nada de gestas maratónicas ni recolectas. Sólo fó y ay bendito. Pero CNN vende bien la guía de lo que debemos, del cómo debemos, del cuándo debemos mirar humanamente; así, Humanamente. Tal vez por eso en la cocina de mi casa hay una bolsa reservada para colaborar. Tal vez por eso ahora escribo. Ahora y no antes. Porque para muchos Haití existe desde hace cuatro días. Aquí al lado. A pocas millas de distancia, o al otro lado del televisor. Muy cerca.

Solidaridad es esto. Decir, colectivamente: Haití, País vecino, hermanos nuestros, ay bendito. Pero con otra entonación, con la tristeza encima sobrecargada de imágenes, con el recuerdo de la foto de portada de la mujer muerta con su hijo muerto en la barriga; con la voz en la conciencia del corresponsal diciendo a punto de llorar que no ha visto nada parecido.

Ciertamente el Caribe no ha visto nada parecido. Nuestro hemisferio nunca ha visto nada como esto. El mundo nunca ha visto nada como esto.

Nunca tantas cámaras en la calles de Haití. Nunca el mundo caminando sus calles. Nunca Haití le interesó tanto al mundo.

Haití nos necesita solidarios. Cierto. Por ello, por lo otro y por más me solidarizo, comparto la tragedia, pero también me abochorno.

Solidaridad ahora es esto. El después y el resultado del paquete vendido, de la cobertura noticiosa, de las imágenes vía satélite que no quisimos ver nunca; del país que nunca interesó.

Desde hace cuatro días Haití entre escombros, bajo escombros.

Hasta hace cuatro días, Haití y sus escombros. Haití viviendo desde siempre los escombros, como escombro. Del mundo. Por culpa de aquel antiguo imperio. En parte, también, por culpa del mundo.

Ahora esto. El amigo llamando para decirme que quiere irse a ayudar a Haití en la primera oportunidad que tenga. Las tropas militares y sus helicópteros destacados en el medio del Caribe repartiendo galletas vitamínicas pero no arroz ni granos, ni nada de la canasta básica del pueblo. La bandera estadounidense ondeando en un campamento humanitario de abastecimiento y sueño. Los países que no aparecen en la cima de las listas desfilando frente al lente buscando aparecer en las noticias de actualidad del mundo. Entre todo ello, la gente caminando como hormigas cargando lo que pueden, las inmensas filas, la espera, los altares vuduistas en las calles pidiendo la reencarnación.

Busco la definición de solidaridad en Google y el primer enlace dice, “la solidaridad es la espera”. No sé el contexto en que la definieron como tal, pero no importa. No abro el enlace, cierro la página y espero. Pienso en la reencarnación y creo, en general, que quizás todo se trata de esperar para ver qué reencarna. Orden, pueblo, país, Caribe, mundo, historia.

Por lo pronto, CNN sigue transmitiendo. La vicepresidenta estadounidense ha tocado suelo haitiano y el mapa del satélite la sitúa con un punto rojo entre Cuba y Venezuela. Hace unos minutos un periodista señaló que hoy en muchas calles del país, mitad de isla, todos intentaban una rutina nueva. Dijo que ya se ven vendedores de ropa y comida. El detalle radica en encontrar con qué comprar.

Pienso en las galletas de barro detenidamente. Trato de imaginar el sabor. Pero me interrumpen.
.
Mi madre me pregunta si puedo comprar una caja de agua embotellada. Y contesto que sí, sin pensarlo.

lunes, enero 04, 2010

Festival de la palabra de San Juan de Puerto Rico


"Palabras para un Nuevo Mundo: Ciberespacio, Imagen y Literatura"

Del 5 al 9 de mayo de 2010.

Un festival literario que nace como espacio de encuentro intercultural en torno a la literatura y al mundo del libro. Sus objetivos son el fomento de la lectura y de la cultura del libro y de la palabra, y la constitución de un punto de diálogo entre las culturas latinoamericanas y de Estados Unidos (bien necesario en estos tiempos), y entre éstas y las literaturas europeas, particularmente aquellas de origen latino.

CHARLAS MAGISTRALES POR:
Luis Rafael Sánchez (Puerto Rico)
Maryse Condé (Martinica)
Junot Díaz (US/República Dominicana)
Alfredo Bryce Echenique (Perú)
Gioconda Belli (Nicaragua)

ESPAÑA
Rosa Montero
José Ovejero
José Manuel Fajardo
Juana Salambert
Eduardo Lago

ESTADOS UNIDOS
Dan Shapiro
Ernesto Quiñonez
Willie Perdomo
Flaco Navaja
Esmeralda Santiago
Luz María Umpierre

FRANCIA
Delphine de Vigan
Patrick de Ville
Oliver Rolin

HAITÍ
Evelyne Trouillot

REPÚBLICA DOMINICANA
Rey Andújar
Aurora Arias

CUBA
Karla Suárez
Leonardo Padura
Juan Carlos Santiesteban

VENEZUELA
Gustavo Guerrero

NICARAGUA
Gioconda Belli
Sergio Ramírez

COLOMBIA
Santiago Gamboa
Antonio García Angel
Mario Mendoza
Pilar Quintana

MÉXICO
Carmen Boullosa
Jorge Volpi
Paco Ignacio Taibo II
Cristina Rivera Garza
Antonio Sarabia
Elmer Mendoza

CHILE
Malú Urriola
Luis Sepúlveda

ARGENTINA
Pedro Mairal
Mempo Giardinelli
Elsa Osorio
Martín Caparrós

PERÚ
Iván Thays
Fernando Iwasaki
Mario Bellatin
Santiago Roncagliolo

BOLIVIA
Edmundo Paz-Soldán

ECUADOR
Maria Gabriela Alemán

BRASIL
Adriana Lisboa

PUERTO RICO
Daisy Sánchez
Etnairis Rivera
Mayra Montero
Mayra Santos-Febres
Magali García Ramis
Victor Hernández Cruz
Marithelma Costa
Moisés Agosto
Abniel Marat
Ana Maria Fuster
Sofía Cardona
Rafah Acevedo
Nicole Cecilia
Daniel Torres
Xavier Varcárcel
Larry Lafountain
Mairym Cruz Bernal
Tere Dávila
Mara Pastor
Mara Negrón
Yolanda Arroyo
Guillermo Rebollo Gil
Edgardo Rodriguez Juliá
Juan Antonio Ramos
Ché Meléndez

Infantil/Juvenil
Tina Casanova
Georgina Lázaro
Tere Marichal
José Ignacio Valenzuela (Chile)


Mayra Santos Febres
Directora del Festival

José Manuel Fajardo
Coordinador de programación

http://www.festivaldelapalabra.net/