sábado, abril 29, 2006

(T)-habitan-(t)


T)-habitan-(t) busca generalizar la imágen de los pobladores terrestres, de alguna forma dar cuenta de que todos somos un hábitat que puede ser y es habitado y de igual manera habitamos un hábitat donde nos habituamos y tenemos hábitos. Tampoco podemos perder de vista que nuestro hábitat habita a otro en el cual pueden haber más hábitats. Se busca desexualizar al habitante y hacerlo una imágen con la cual todo ser viviente se pueda identificar; sí, todos.

Quizás sea un objetivo demasiado ambicioso, pero todos tenemos nuestras utopías. Quizás si nos miramos como habitantes diversos las cosas serían más sencillas. Es difícil de explicar, porque se intenta hacer abstracta la imagen del humano.

Finalmente, lo mejor que define este trabajo es la palabra quizás, porque quizás es una invitación a la aventura; es una invitación a que el habitante viaje y se convierta en viajer@.

jueves, abril 27, 2006

Mer [2]

Hubiera querido quererte como quisiste alguna vez pero no pude. Tanto querer y se jodió. Te me volviste arena. Y te escurriste entre mis dedos para no volver jamás. Al perderte no me tengo. Sólo mantengo el gran recuerdo de que nunca fui. Nosotros es pasado. Pasado es lo que sueño. Sueño que existo y que no soy. Quiero ser tú. Tú no te dividiste en dos. Yo sí. Yo sé mentir. Y miento. Miento por que sueño que un nosotros sigue allí. Sueño también que el tiempo es nuestro y que me amas. Sueño tus bocas recorrerme el cuerpo y que al volverte mar me abrazas. Otras veces me confundo y sueño que la ola de otro cuerpo se parece a ti. Y es cierto. Busco, entre sus piernas, abrazarte. Pero ya no puedo. Te me fuiste. Te me vas. No estas. Tampoco estoy. Hubiera querido abrazarte hondo pero no pude. La marea de otro mar me ahogó.

sábado, abril 22, 2006

celaje

Yo. Folklórico.


Yo soy de las islas
de Gorée y de Zanzíbar
y soy negro por que sí
de raíz
no como los otros
que son negros por la herencia insularista.
Me arrancaron de la teta tibia de mi abuela
y me embarcaron
lejos de la patria en que nací
y que nadie llama madre
Me sacaron de la arena
de la costa en contra
para someterme a la madera comercial
al mar marasmo
y a la trata equivalente
a la marca ardiente de un carimbo
a cadáveres y huesos
negros todos
olorosos a mis antepasados
y a la carne cruda de un Batá.

Naufragué en la tierra unida donde me llamaron nada
maquinanimal.
Mi infancia sabe a sangre
a muerte confederada
a algodón
a sur.
Me sabe a golpes fisicolegales
a escapes escondido
y a blancos amos
pestilentes.

De la teta ajena
de una familia nada
Maquinanimal
fui a parar a un archipiélago vendido
favorito.
Pasé de un barco a trabajar la caña
zafra
y a recolectar
(con estas manos podridas por los años)
las semillas elitistas del café
que no probé
que no ofrecieron.
Alguien firmó papeles
para hacerme libre
me vi libre
y me morí
de lombrices famélicas en la barriga
de miseria clandestina
y por no pertenecer
a nadie
tampoco a mi.
Corrí del campo a los cocales
a la playa oscura
aldea
de allí al caño hediondo
a la ciudad de la chatarra
con los techos a dos aguas
delincuente
gris.
Me supe segregado sin mis santos
sin la cara de mi abuela en la otra gente.
Me vestí de cuernos y colores
de collares
caminé
a pie descalzo
procesiones
cociné comida típica
arquetípica
en un fogón y en un burén
luego bailé rodeado de barriles bomba
los latidos pasos
de mi africana patria madre
que tanto me preguntan de donde sé
Pero aunque conteste que soy negro
de raíz
por que sí
siempre me tildan de folklórico
y de acomplejado
de creerme mucho más que la otra gente
negra
por herencia histórica
que se ha denominado blanca
y que igual que yo
nació aquí.

Flashback (Conversaciones con Alejo)

A Chavela


- ¿ En que piensas cuando te hablan de “la bestia”?
- No sé. A mí me viene a la mente la imagen de estas mujeres cojonúas, de mal genio, que les gusta controlar y que se creen la ultima jodienda. Pienso en mujeres malcrías y que intimidan. Esas mujeres son el demonio...
- Eso... A mí me hablan de “la bestia” y pienso en lo oscuro; pienso rápido en el diablo.
- Claro. Lo clásico.
- Si mano. Pero si hablamos de mujeres, rápido lo asocio con mujeres grandes.
- Viste, no necesariamente. Las chiquitas se las traen. Esas también son fuertecitas. Son medio pistolitas...
- Es cierrrto. Las chiquitas son de estas mujeres que si fueran perros serían chihuahuas.
- Exacto. Eso mismo. Me hablas de “la bestia” y pienso en una perra. Pienso en una tipa de esas que hoy está dulzona y que mañana es otra cosa.
- Si mano. Yo se de’so. Es que hay mujeres así, que se creen que tienen mas pipí que un macho. ¡¡Jodias putas!! Esas son las bestias; mujeres que le gusta brincar de hombre en hombre, que no les importa un carajo joderle la vida alguien y que juegan, por aburrimiento, con los sentimientos de cualquiera.
- ¡Eah diablo!, está hablando la voz de la experiencia.
- Ya tu sabes.
- Dito coño. No vayas a llorar aquí.
- Nahhh. Un carajo. Yo tranquilo.
- Mala mía; en serio. No sé ni que decir.
- Olvídalo. Nos dieron pal de minutos pa’ hablar mierda. Mejor dime que el tiempo se acabó.

viernes, abril 21, 2006

Preámbulo

Tengo por labia
a cien hombres
que recorren lentamente tus adentros
mientras que un toxico nosotros
juega entre un ojo y el otro.
Me miras y te orinas por amor.
Me hueles y se encienden de algún fuego tus pezones.

viernes, abril 14, 2006

13. 04. 06

Ayer no hubo atardecer. Un frente frío soplaba desde el este. Los días así te ponen mal, lo sé, un poco melancólica y de mal humor. Guiabas sin un rumbo en específico, jugando a olvidar los mapas de la zona que te haz aprendido de memoria. Querías perderte. Pero no lo lograste, me dijiste. La ciudad eres tú. Y tú eres fácil, contesté. En ti nadie se pierde.

lunes, abril 10, 2006

Instante [4]

Hay algo lúbrico
bajo las uñas de los hombres
que me rompen.
Un algo que transmuta y se me adhiere al cuerpo
hasta que se convierte en hiel
o en tedio.
Soy un virgen con las hembras
y un no-estreno con los hombres
que tanto han aruñado
como quien talla ídolos a mano.

Más nunca he sido un ídolo.
Tal vez un dios sin fuerza a la hora del alcohol
y del enganche de los perros que se aman sin mirarse.

Quizás he sido una deidad.
Ultra moderna.
Caribeño.
Un dios maleable entre los hombres
y una virgen pura y casta,
con las hembras que han querido
y no han podido
poseerme
entre sus labios
para sí.

Pero yo mismo ni me tengo.
Si me tengo
lo que tengo son las huellas de esas uñas digeridas
que he mordido como un loco
y que esgrafiaron en mi sexo
la divina historia icónica
preadolescente
de mi yo.

Pero mi yo es otra cosa.
Un algo dividido.
Un pecado-dios para los perros.
Un sencillo virgen cándido estrenado
sin las uñas-labios
de mujer.

lunes, abril 03, 2006


Turquesa. Azul. Marino. Marítimo maldito. Maricón. Me hiciste tuyo en esas aguas como quien bebe agua de mar para el catarro. Cabrón. Un buche. Bien fácil. Facilito. Dolor. Y duele. Duele meterse a un hombre adentro. Arena. Yo no quería. Quise después. Yo no era experto en amores como el tuyo. Esos amores duran sólo la primera vez. Tú ves azul. Yo toco blanco. Agua salada. Vellos tostados. Acuoso amor. Moriste. Morí. Moriviví. Hicimos el ritual de las anguilas ciegas. Tú no eras ciego. Ni yo lo soy. Si soy, soy un novato en tu manera de querer. Pero tú quieres bajo el agua. Y tu agua es otra cosa entre dos hombres. Y yo no quiero. Yo sólo conocía un mar. Sin agua. La tierra firme. Mujer. Yo no quería. Marisma. Mi mar con agua. Me ahogaste. Profundo. Y yo no sé nadar.
Imagen: Xavier Valcarcel de Jesús. Mer. 2005. Fotografia. 5"x7"