lunes, febrero 26, 2007

la verdad (poema de hijo a madre)

"Tengo bien merecido este dolor
Que llevo en mí
Me lo sudé
Me lo gané a bandazos"
Juan Saez Burgos



1.
mamá
eras tú la que decías que uno no debe decir que se anda mal
no todo se dice.
dijiste, incluso, que se debe sonreír apoteósico
y hasta mentirle a la gente
con tal de que no sepan si uno se ha caído
o está pendiendo de un alambre;
que no se deben enterar que uno anda derrumbándose poquito a poco
como una montaña en plenas lluvias de época ciclónica
que no sepan a uno resbalando en mierda propia
aunque esa sea la verdad.
tal vez por eso intento este poema empezando contigo
como esquivando mis entradas típicas
yo, que siempre escribo “yo” entre el primer y tercer verso
y le detallo a la gente las dolencias (mías)
que apuesto no conoces;
este dolor bien merecido
que llevo en mí
que me gané.


2.
tengo, a esta altura, unas ganas hondas de llorar
de hacer el ruido de los árboles enormes cayendo sobre el suelo
ceder
no levantarme
pero lo intento y pienso en ti
en todos los bordes en los que te hallé a punto de la caída libre
en todas las aguas en las que te intentaste ahogar
en todos los puentes en los que saltar te pareció un juego de cuicas.


3.
mamá
quiero contarte que he crecido
que no todo salió como jugué de niño
que hay hombres innombrables y mujeres sin sentido que
se me anudaron detrás de la garganta
que se columpian en silencio
a la hora de dormir .
a esa misma hora en la que dices que sueñas
y ni duermes
y te paseas por la casa hasta el delirio
cansada
yo lo sé
nunca lo has dicho
del hombre en polvo que tienes en la cama
esa cabeza de elefante
hombre nariz
que me empujó a estas conversaciones, de hijo a madre
en papelitos
contigo
por el que días como hoy te siento fría y sin deseos de hablarme.

yo, sin embargo
que te hablaría pero no
prefiero mantenerme en otra raya
respetar aquello que dijiste muchas veces
no contarle a nadie
aunque quisiera
tampoco a ti.


4.
si tú supieras, mamá
contigo nunca he sido.

lunes, febrero 12, 2007

hoy. el sur.

pa' Carlos, que es de Santa Isabel.

viajar al sur de la isla siempre ha sido cruzar una frontera. allá la tierra a ratos negra, el desierto (que no es) incendiándose a lo lejos, el olor a humo que no sé por qué me recuerda tanto a abuela. miro las trinitarias, los bosques secos que se cosen a la piedra como un velcro, la caja de muertos abierta sobre el mar, la luz grisamarilla, los colores que no han querido dibujarse por el norte, los quenepos, tamarindos, los mangós a la espera de gotearse. quiero aprender el sur con todo lo que implique. he ido muchas veces pero hoy fue la primera vez. algo de embrujo y magia hubo en el paisaje. tengo que volver, pero sin un reloj y un cristal justo en el medio; como le pasó de niño a Hugo Graubel, el de Sirena Selena, que hoy descubrí que nunca fue la ficción de una novela, sino un yo.

Después de ti. O manifiesto para una óptica de nuevo mundo.

pa' Claudia, porque ya es hora.

llevo años escribiéndote con gringolas y taparrabo
demasiado primitivo, predecible
estancado en un anacronismo cursi entre tu tiempo y el tuyo
sin posibilidad de escapes, de miradas tres sesenta
recorridos panorámicos en los que yo me pueda ver
situado
en la misma coordenada donde me dejaste,
creyéndome bailar contigo todavía
un bolero eterno de Moneró sobre una sola loseta
siempre un poco niño
ignorante de la realidad más allá de tu frontera
burbuja de jabón
que nunca traspasé por temor a deshacerme.
fuera de ti se deshicieron los países bajo el agua
los niños de Beslam aprendieron a soñar su presidencia
a no creer en dios, a creer en su país
a regalarle sus juguetes a los muertos.
fuera de ti existe un universo de palabras que no he usado
palabras regaladas que lo mismo se hallan en lo inédito de un diccionario
que en las paredes recubiertas con vinil de un baño público
en los bancos de una plaza pública
escritas con piedras en las piedras de los ríos.
y me pienso aquí todo este tiempo
escribiéndote cositas tontas en la misma butaca
atento a cada sinfonía tuya, a cada puesta de teatro
a cada movimiento
sin saber
que los mismos quiebrasoles que inventaba la gente antes de ti
a media tarde
con las manos
ahora se usan para evitar el mundo o para huir.
yo te huyo inventando un poema con bisagras como una puerta de salida
dejándote por versos un ventanal por el que acabo de mirar
por el que nunca vi contigo.
afuera hay hongos azules que nacen en las tortillas podridas
mientras la gente muere de hambre y el hambre se come a todo mundo.
hay muros y mapas con bordes tridimensionales, hay guerras injustas
guerras platónicas, antes de ayer mataron a un vecino.
hay terroristas que ponen bombas en las escuelas
y existen escuelas en todos lados en las que enseñan a matar
o enseñan el suicidio, como en la mía.
hay definiciones, hay identidades, todo tiene sus letras.
también hay crematorios y hay fondos profundos bajo el agua.
afuera hay razones para escribir a la altura de los días
en presente
hay escondites, cuartos oscuros, cavernas subterráneas
y hay zafacones como el que tiene en la garganta mi reloj.
llevaba años sin saber que cada día
que el lapso día y que todo el contenido
incluyendo las agujas de la hora eran detalles tuyos.
no más poemas en tu nombre.
huyo lejos
con los ojos abiertoshacia un primer poema que no hable de ti.

martes, febrero 06, 2007

6.2.07

estoy acostado sobre la arena de la playa. las yolitas de los pescadores son blancas, amarillas, rojas, azules y lilas. sin embargo, prevalecen los azules, que son los que simbolizan la piedad junto a los más elevados sentimientos y que, además, sientan muy bien con la piel de las mujeres negras.

a estas horas, cuando la mayoría de los turistas duermen la siesta después de estar la mañana entera tragándose el orín y el cloro de las piscinas, se me ocurren cosas lindas. imagino, por ejemplo, que el mar es del color amarillo de las luces de Van Gogh y pienso al sol desde debajo de las aguas como un pequeño carrusel dadá con corceles incendiados al azar del movimiento. imagino la tibieza y el sabor medio dulzón y yo nadando lento, con los ojos abiertos como los de un pez piedra o alguna rana amazónica primitiva que sólo ha aprendido a mirar. luego me falta el aire y comprendo que no vale la pena pensar en cosas como esas. resulta siempre más sensato aceptar las cosas como son, el mar azul, y no soñar cositas tontas. sobre todo en tardes como ésta, en plena canícula, cuando me cuesta tanto trabajo alzar la ceja, o mover un dedo, o escribir.

jueves, febrero 01, 2007

dermatografía

yo hubiera querido enterrarme en ti para dolerte
así como también hubiera querido que lo hicieras
que toda mi carne te cicatrizara y te atrapara permanente bajo esta piel
como la tinta de un tatuaje presidiario;
que te quedaras a la mala aquí como un recuerdo escrito para siempre
como una nota al calce con cautín en la palma de la mano
como uno de esos detallitos poderosos que cuando se miran dan ganas de llorar.
yo hubiera querido, que retaras al menos
estas marcas del limón que estuvo en el patio de mi casa
empeñadas siempre en gritarme que no ha pasado nada desde ellas
que aquel limón que fue también mi niñez o mi inocencia
es el nombre único de cada cicatriz que me ha dolido y tengo.
mis manos están llenas de astillas, de espinas con queresa
de fragmentos sin peso que sólo me recuerdan el ayer
el ayer que todavía no incluía el olor de tus axilas
ni el tintineo delicioso de tus pulseras a la izquierda
ni la noche, con su cama desplegable, aguardando bajo el tacto.
ese ayer
en el que la lluvia torrencial, los semáforos intermitentes
y las chiringas solitarias perdiéndose despacio sobre el atardecer
aun, no me llenaban de melancolía.
por eso me niego
por que doliste igual o más doliste en todaspartes excepto aquí
aquí
que no hay siquiera un trazo tuyo (aunque quisiera)
(por aquello de no tener que enfrentarme a lo evidente de este piélago nulo de ti
que me obliga, a veces, a creer que tú
o todos los tú por los que y a los que siempre escribo no han existido adentro
que sólo han sido inventos, figuraciones mías, una que otra bobería linda
pura ficción
aunque me jure y me confiese
y escriba poemas como éste
sobre un ayer grande contigo, sobre lo que no me hiciste nunca
lo que me dolió
que siempre es menos catastrófico
que pensar en ti
y en ti aquí hallarte nadie



o no hallar.)