martes, mayo 30, 2006

3.5.06


A Amanda le dio ahora con ser pez
con ahogarse entre las aguas de una pecera
y yo la imaginé desnuda, flotando sola,
junto a un filtro que succiona.
Sería feliz
creo
nadando en libertad
alejada de otros peces con el hambre de tenerla.
Poseerla no sería fácil
sería ingresar en un recinto acuoso
restringido
hondo;
sería un encierro cúbico,
un mundo aburrido para dos.
Y nadie quiere eso.
Los peces quieren sus cardúmenes de hembras
sueñan con corales
con diversidad.

Pero Amanda no lo sabe.
Amanda quiere ser un pez.