tenia la cabeza adentro de la horca. es que me pareció chistosísimo el detalle; una soga para ahorcarse, con nudo incluido, colgando del techo del lado del pasajero. tenía la cabeza adentro de la horca pero Karina no me dejó. quítate eso. imagínate que frene de cantazo y tu tengas la soga puesta. ni en broma. Prendió el motor. desistí.
íbamos de camino a Parentela. el ex-novio de Karina es parte del elenco de la obra. yo iba porque Pepe me invitó, por que la obra fue escrita por Pepe. Karen, por su parte, iba secuestrada. la sacamos sin permiso de la lectura de cuentos del taller de Mayra. Hola. ¿qué haces? vamos a janguear. tenemos planificado ir a Parentela, después vamos a discotequear. me limité a sonreír. Karen aceptó. fue demasiado fácil convencerla.
yo no había pensado mi noche con ninguna de las dos. estaba indeciso entre ir a la lectura de cuentos o a la obra. sin embargo, me encontré con Karina, de casualidad, en la biblioteca. me invitó a un par de cervezas en El Refugio, después al Vidy’s. llamamos a Karen y listo. me pareció buena idea volver a estar juntos los tres. la ultima noche que estuvimos los tres juntos, que fue la primera, la pasamos cabrón. La casa de Karina tiene cierto encanto, muchas vibras, fue bonito improvisar, pintar, hacer cadáveres exquisitos, leer a Manuel Ramos Otero en el techo, que a la vez es la terraza.
buscamos a Karen en Taller Cé. decidimos guiar en carros separados hasta la Calle Loíza. el plan era dejar los carros en la casa de Karina e irnos en un solo carro. antes de bajarme de mi carro me di cuenta quel piso estaba inundado, que por alguna extraña circunstancia que desconozco toda la alfombra debajo del freno y la gasolina estaba mojada.
después meti la cabeza adentro de la horca.
la guagua de Karina es algo así como un universo. una mezcla neo-hippie entre galería rodante, muro publico para el graffiti, barra, nidito de amor. me obligaron a sacar la cabeza de la soga. hablamos de algo que no recuerdo durante medio minuto. medio minuto después vino el silencio. una chica embarazada se comió la luz. no paró. chocamos de frente. fue perdida total. media hora después llamé a Nicole. le dije que no me había puesto el cinturón, que si no me llego a agarrar de la horca quizás mi frente hubiera roto el cristal. Karina, que se preguntó mil veces por qué carajos nosotros tres, convencida de que había algo mítico y sobrenatural en el asunto, se resistió a pensar qué hubiera pasado si yo no hubiera sacado la cabeza de la horca. Karen, sólo quería que nos bajáramos. los air bags explotaron. la guagua había quedado transversal en el centro de la intersección. poco después me dijo que yo le advertí a Karina en el momento mismo en que la chica se acercaba sin frenar. no sé. en ese momento todo fue silencio. y agua. porque por alguna extraña razón los tres salimos de la guagua con la ropa mojada. la luz todavía estaba verde para nosotros. era evidente que la chica se había comido la luz roja. horita hablé con Karen. me dijo que le duele la espalda y que no sabe por qué, pero el piso de su guagua, la alfombra bajo el freno y la gasolina, estaba, también, mojada.
íbamos de camino a Parentela. el ex-novio de Karina es parte del elenco de la obra. yo iba porque Pepe me invitó, por que la obra fue escrita por Pepe. Karen, por su parte, iba secuestrada. la sacamos sin permiso de la lectura de cuentos del taller de Mayra. Hola. ¿qué haces? vamos a janguear. tenemos planificado ir a Parentela, después vamos a discotequear. me limité a sonreír. Karen aceptó. fue demasiado fácil convencerla.
yo no había pensado mi noche con ninguna de las dos. estaba indeciso entre ir a la lectura de cuentos o a la obra. sin embargo, me encontré con Karina, de casualidad, en la biblioteca. me invitó a un par de cervezas en El Refugio, después al Vidy’s. llamamos a Karen y listo. me pareció buena idea volver a estar juntos los tres. la ultima noche que estuvimos los tres juntos, que fue la primera, la pasamos cabrón. La casa de Karina tiene cierto encanto, muchas vibras, fue bonito improvisar, pintar, hacer cadáveres exquisitos, leer a Manuel Ramos Otero en el techo, que a la vez es la terraza.
buscamos a Karen en Taller Cé. decidimos guiar en carros separados hasta la Calle Loíza. el plan era dejar los carros en la casa de Karina e irnos en un solo carro. antes de bajarme de mi carro me di cuenta quel piso estaba inundado, que por alguna extraña circunstancia que desconozco toda la alfombra debajo del freno y la gasolina estaba mojada.
después meti la cabeza adentro de la horca.
la guagua de Karina es algo así como un universo. una mezcla neo-hippie entre galería rodante, muro publico para el graffiti, barra, nidito de amor. me obligaron a sacar la cabeza de la soga. hablamos de algo que no recuerdo durante medio minuto. medio minuto después vino el silencio. una chica embarazada se comió la luz. no paró. chocamos de frente. fue perdida total. media hora después llamé a Nicole. le dije que no me había puesto el cinturón, que si no me llego a agarrar de la horca quizás mi frente hubiera roto el cristal. Karina, que se preguntó mil veces por qué carajos nosotros tres, convencida de que había algo mítico y sobrenatural en el asunto, se resistió a pensar qué hubiera pasado si yo no hubiera sacado la cabeza de la horca. Karen, sólo quería que nos bajáramos. los air bags explotaron. la guagua había quedado transversal en el centro de la intersección. poco después me dijo que yo le advertí a Karina en el momento mismo en que la chica se acercaba sin frenar. no sé. en ese momento todo fue silencio. y agua. porque por alguna extraña razón los tres salimos de la guagua con la ropa mojada. la luz todavía estaba verde para nosotros. era evidente que la chica se había comido la luz roja. horita hablé con Karen. me dijo que le duele la espalda y que no sabe por qué, pero el piso de su guagua, la alfombra bajo el freno y la gasolina, estaba, también, mojada.
1 comentario:
Que cosa brutal. Realidad o Ficción, no importa. Súper.
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