jueves, noviembre 30, 2006

mario


odio las matemáticas desde siempre. este semestre, tuve que coger la clase martes y jueves a las siete de la mañana, en un congelador, porque no habían más secciones disponibles. sin embargo, voy a extrañar la clase; no el contenido de la clase en si, sino al profe. no sé en qué pueblo nació, porque no creo que lo haya dicho. sé que fue el menor de dos hermanos, hijo de un marido infiel y una maestra apodada ¨la reina¨. la clase fue su historia. un niño rebelde obsesionado hasta el delirio con su madre. un niño, todavía vivo, que habla desde el cuerpo del viejo más hermoso que he visto en la vida. ¨no podía despegarme de mamá, incluso en la escuela. por la mañana, antes de irme, le pedía un beso. como siempre andaba toda elegante y maquillada, los labios pintados de rojo, me encantaba que me besara en la mejilla derecha y me dejara la marca. era la única forma de irme tranquilo a la escuela. no me quitaba el beso en todo el día. los muchachos se reían, las maestras intentaron un par de veces quitármelo a la fuerza con unas toallitas húmedas que sacaban de un lugar que desconozco. pero yo era una fiera. un día empujé a una maestra, le dije que yo me había entregado al diablo, puse los ojos en blanco y con la navajita de los sacapuntas (yo siempre andaba con una, no sé por qué) me corté profundo en la palma de la mano. cuando la maestra vio aquello, obvio, no se volvió a meter conmigo, no hizo ademán, siquiera, de llamar a mamá aun siendo colega suya. los maestros sabían que yo era fuertecito, pero no se metían conmigo; yo como estudiante era el mejor de toda la escuela. los besos de mamá eran bellos. yo tenía miedo de que ella muriera, un miedo constante, loquísimo. me la pasaba el día entero pensando en la posibilidad de que le pasara algo, un accidente, algún temblor de tierra y ella lejos. tenía terror de que muriera y no pudiera despedirme. el beso en la mejilla era un consuelo. cuando llegaba a casa y la veía cocinando lo primero que hacia era besarla y luego corría hacia la ducha. mamá era una reina. al menos para mí. me costó bastante superar que se haya ido. pero ya estoy viejo, lo suficientemente viejo, ochentaipico de años, es bueno saber que ya casi me muero. tal vez nos encontremos. sí. nos vamos a encontrar. yo creo que ella va a decir, muchachito, pareces un chicle (siempre me decía chicle) todavía no se te ha quitado eso. pero no me importa. es mejor que estar viéndola quieta en un retrato en blanco y negro. en el centro de la sala tengo un retrato de ella, grandísimo, con marco y todo. cuando ella vivía, los retratos que puse en las paredes eran de Maria Antonieta ( la reina, la reina de Francia que cayó con la revolución), no sé, replicas impresas en papel de cuadros de ella. ella era divina. yo le tenia altarcitos con velas y joyas de mamá, le hacia genuflexiones y le ponía amapolas todas las mañanas. mamá se ponía histérica. muchachito deja eso. papá también. pero papá no se metía. esta afición por la monarquía la tengo desde la barriga. me encanta todo eso. la historia de los reyes es una cosa bella.

si escribo una novela va a partir de él. estoy seguro. pero tengo miedo de que muera.

4 comentarios:

Karina Claudio dijo...

yo también voy a extrañar a mi profe de matemáticas...estamos en sincronía...

nicolececilia dijo...

me ENCANTA la imagen. las ecuaciones sobre el cuadro. wow. pero la introducción no me convence. es muy explicativa. tienes que encontrar otra forma de presentarlo, o tal vez no haga falta. el monólogo del maestro está demasiado cabrón, lo corrompes un poco, lo tratas con condescendencia y no sé si eso es lo que buscas. el personaje está guillao.

a mí, por el contrario, me fascinan las matemáticas. siempre me gustaron. son, además del agua, el cordón umbilical que me une con mi madre. además, son un lenguaje poético también. riman, buscan un equilibrio casi estético, tienen ritmo y usan símbolos que son agradables a la vista e intrigante descifrarlos. además, las matemáticas describen al mundo, como la poesía.

Xavier Valcárcel dijo...

vale. es buena. pero acuerdate las reglas que hablamos el otro dia, sobre el escribir por la mañana, la finalidad de lo que se escribe.


PD. ANOCHE LA PASAMOS CABRON.EL CHOQUE NOS UNIO DE UNAFORMA EXTRAÑA.

Blanca Bátiz dijo...

Siempre existirá un maestro que le ponga un mucho de sabor a las matemáticas o a la literatura o a cualquier materia que nunca nos gustó...