"quiero decirle a todos largo. estuvo bueno. ya.
no quiero que me pregunten qué me pasa
y tener que dar explicaciones de mi miedo."
no quiero que me pregunten qué me pasa
y tener que dar explicaciones de mi miedo."
-Nicole Cecilia Delgado
voy a quitarme tu camisa
porque si no sobrevivo entre tanto olor de aquello
que ahora es mi terror de su presencia en eco
una voz inventariando pérdidas
repitiéndome
tus músculos de flor
abiertos como un obturador
hambriento de espontaneidad y brillo
tus escápulas y los balcones
panorámicos sobre el silencio
tus coyunturas giratorias, todo lo lindo
que pasó
como una ráfaga con máscara
en este precioso carnaval de mierda.
voy a quitármela
porque si no no puedo
con el peso
de llevarte
en sudores que le construyeron
sueños a otro tiempo
todo eso que soplamos y quisimos
a pesar de tanto y tanta falta
de palabras
para sentirnos la cordura y la razón.
hoy tengo dolores con tu nombre
esparadrapos en la tráquea, mala suerte
y rabio incandescente.
mi adultez tiene tu dirección
tus navajas de afeitar
puestas tus medias.
no es mentira un poemario de violencias cotidianas
en mi cuarto.
de pronto no hay escapatorias.
uno vuelve a los espejos, al blindado abuso y a los huesos.
un domingo puede ser definitivamente un plan de odios
un foco de infección y mocos
estupidez, pendejería pura y desconsuelo.
debo volverme al principio antes de ti
arrancarme de raíz y matar todo.
porque sembrarme nuevamente no valió la pena.
ya sé, fui yo quien puso un no al final
frente a tu boca
el que cerró el anuario en el que nunca debatiste
mi exceso de palabras a pesar de cuánto quise.
ahora obligo la rabia a la escalera
con un cansancio craso de tener que decir siempre
lo que pasa
tus palabras y las mías
y las de todas nuestras cosas
a las que no les hemos dado voz
pero la tienen.
uno sabe lo que dicen los espejos y las sábanas
los platos sin fregar
las sillas distantes de la mesa.
ese cactus por ejemplo
tiene un argumento elemental sobre el descuido.
así el orégano y los peces olvidándose entre el limo
ciertos vasos, ropa sucia, la ciudad y su derrame en luz
que no sirve de nada si ya ninguno mira.
ya sé que en el último momento
nadie cegó los puños con relojes
que tu premura no insistió por mí, ni tú
que no insistió tu pecho en el peligro de los fríos
ni en el terror tus manos
por volver a los futuros sosteniendo en vidrio
noches
hombres sin luz, pedales de aceleración
estómagos escrotos.
el detallito es que de pronto me he quedado solo
abruptamente así
así
con toda la ilusión como un papel de baño.
contra el piso, chico
descalzo y de regreso
a una desnudez que había olvidado
que no quiero.
4 comentarios:
Hace tiempo que sigo tu blog y hoy me sorprendió con ete tremendo poema.
Tristemente bonito
Tremendo poema, me conmueve tus palabras
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