lunes, mayo 07, 2012

Primer llamado ante el descuido


Qué se ha dicho acerca del imperialismo del mar y sus conquistas. 
Qué acerca de sus colonias nuevas
su avanzada de moho y de derrumbes
dónde las bitácoras registrándonos su asedio
por qué al universo y no a su fondo.

No es cierto su fondo apedreado.
No ha habido tanto tiempo
como para hacer del hombre nuevo un fósil
de las manos, de los cráneos, de la lengua
de los barcos ni de nuestras monedas
sea nuestra historia y nuestro asco lo que sea;
sean nuestros huesos los factores del poder
la ingeniería, la aritmética, los numeros.
Quién ha dicho mar avanza.
Quién dejó la puerta abierta y se sentó a comer.

Ya sé que hemos sobrevivido hambrientos.
Ya sé que nos vendimos llaves, escafandras, pólvora y cerrojos
pero es verdad ahí la orilla
tiene frente
el mar empuja y desdibuja
hemos armado a manos nuestras casas
y aún así no hemos aprendido todavía qué armas tiene.

Siglos de olas azotando
siglos nadando la mentira
siglos de siembra señalando la miseria
el lenguaje, las corrientes, el romance, la basura.
Cómo nunca una revolución al mar.
Cómo tampoco ahora
esa realización paso a paso de lo desconocido.

Quién puede hoy desmentir al pez
reconocerle su peligro detrás de las espinas y la sangre fría.

Hemos sobrevivido hambrientos
enfermos hemos
tenido fe en la belleza.
Cómo dejamos inventarse las palabras.
Cómo podemos todavía sonreir flotando
cerrar ojos en su espuma de miasmas.
El mar avanza
come tierra
desaparece hacia el misterio sangre.

No ha habido tanto tiempo como para hacer con sangre un fósil.

Esas piedras
de ese fondo
son nostalgias.

Hay mujeres que han caminado el fondo de su abismo
regresado al pan vivas
visto sólo motores y corales.
Mi tío sabe la leyenda de un motor prendido 
en el fondo de esta playa.
Puede asegurarlo, pero por el terror nunca aprendió a nadar.

Existe gente que no quiere decir la guerra
que no quiere decir ahora, que no sabe nadar
gente que no tiene ni idea de cuánta sal existe en nuestra contra. 
Miles no han visto el mar.
Millones errarían explicando
por qué esos pelicanos nos sobrevuelan tanto
de qué lado están sus alas y su pico
a quién le cuentan cuando se corta el día.

Mar, cuántos motores tienes
cuántas armas
cuál el daño en nuestra contra que quisiste desde niño.
Quién te lee.
A cuántos pájaros le entregaste vuelo y plumas.
Cuál el tamaño de tu rabia?
Voy a fiestas y trago despedidas.
La gente que quiero se va o se ha ido.
Todo tiene sentido y no:
la red del tiempo
la distancia
la urgencia y la emergencia.

Las cosas pasan porque saben
me repito.

Todo pasa.