jueves, mayo 29, 2008

caldo de dos. o dos poemas que no quise.


1.
ayer fue la primera tarde en la que no coleccionamos nada
plumas sueltas que al final harán un pollo para el caldo del recuerdo
insectos que llegaron por su cuenta a nuestra página
nada de secreciones malogradas que se secan como todas mis imágenes de amor.

ahora que despierto ando metido en el poema
me desboco por decir todas las cosas que delinean el final
hay cosas previsibles que hablan del futuro casi oráculos
quiebres de párpados, fugas de aliento
esta rutina loca de no lograr una erección cuando te abres.
hay días en los que odio cómo me doy a la poesía
mis tramites de comunicación se cortan demasiado fieles a la letra
tal vez debí llamarte ayer para decir no quiero verte
algo que desconozco no me empuja a desearte
amo las tardes lindas que se van entre los dos
nuestra afición por la taxonomía pero
nuestras libretas reventándose de arte y energías
toda la música en la que empiezo a descubrirte.

yo debería abrir también los parpados
hacerle caso a cada tránsfuga de aliento.
quizás deba decir
me gustas mucho pero
mi cuerpo no responde para ti.



2.
estoy carne de flor rodeado de tus pétalos
pistilo de un nosotros que no quiere, estoy
como obligado
naciendo desde un tú que no planifiqué.
esta vez quería alzarme sobre el mundo de otra forma
diferente a los finales siempre trágicos de mi pasado
apasionado, deseando
carne de todo menos tuya
no deberte lo que debo.

no me gusta que la gente tenga expectativas sobre mí
no puedo edificar futuros ni pensarlos
a partir de ti todo es un mime metido sin querer por la nariz
incordio, molestoso, incomodo, desagradable
no me gusta enumerar todas las faltas
tu a pesar de tantas tardes lindas compartidas pero
es que quería tiempo para olvidarme de la última espalda
de todas las contorsiones malmanando a la hora del amor.
quise olvidar
yo estaba en esas
superando, bien tranquilo, y no me diste tiempo.
apareciste aparatoso
te me abriste pétalos y olor sin mi permiso
al centro yo, en el embudo
no hubo opción para negarme a tu presencia panorámica
a toda tu flor que es un arrope
un encierro
o una muralla histórica, edificada con fragancias tuyas y color.

en realidad es que no sé como llegué hasta tu adentro.
me estoy ahogando adentro de una maldita flor.

1 comentario:

Maelo dijo...

las expectativas de la gente a veces nos pueden enterrar tan y tan hondo...
holas, leí acerca de este espacio en el periódico.