jueves, marzo 06, 2008

Hoy bailé para los orishas. Fue perfecto. El corazón era una fruta a punto de explotar y mis pies solo podían ritmos. Sentí escalofríos y una tibieza parecida a la que viene en los abrazos. Las mujeres eran faldas blancas y collares y turbantes y unas sonrisas que caían de las bocas en una mezcla de sexualidad y exotismo. El Caribe empieza a revelarse poco a poco en estos días Estoy orgulloso de su mística Amo que el mundo halla empezado con un puñado de tierra y una concha de babosa. Amo sudar así. Que se me agüen los ojos de tanta alegría. Hoy todos éramos círculos y aché y tambores y canciones en una lengua que todavía no descifro. Quiero ser parte de El Caribe y no un producto global. Quiero tener las playas en la mano, las orillas, el salitre, las marismas, aprenderme las corrientes del viento y de las aguas, el lenguaje de las palmas, oler más lo que regala el trópico y las islas que se unen en cada atardecer o bajo lluvias. Hoy hubo algo que me halaba. Estuve a punto de ceder. Voy prenderle velas a los santos. Me toca Ochún y Oggún. Quiero portarme bien para el yo próximo.

2 comentarios:

nicolececilia dijo...

hablas de eso y yo me siento adentro de un temascal

Anónimo dijo...

"Quiero ser parte de El Caribe y no un producto global." Me encanto esto. Fundición del uno con el mar caribeño.