jueves, febrero 28, 2008

Página en blanco. 12 de febrero de 2008.

Quizás yo debo explicaciones a todas las partes de ti a las que falto. Todo ha sido sin querer, imparable, créeme por favor, que yo no quise. Mañana cumplo años y quiero retirarme un poco más. Ya sé que he estado retirado pero no como quería. De ti y no del mundo, como debería, quizás de tantas cosas que he soñado desde chamaquito, locuras tibias y bonitas que esperé trazar alguna vez, ahora contigo, y que no he hecho por pendejo. Yo no sé exactamente por qué te escribo esto, quizás todo tiene que ver con esa comunicación que siempre falla, mis silencios rutinarios, o quizás tiene que ver con mi talento único de equivocarme a la hora de tantas decisiones.

Si esto te suena a poesía, mala mía, no quisiera, pero a veces no me quedan formas de poder abrirme tanto.

Ay veces que quisiera ser al grano, más directo, mantenerte la mirada, decirte lo que pasa, y yo no puedo.

Yo debí haberte dicho en los principios
que me falta el hombre y que me sobran.
Y eso me abochorna.

Yo sé que tú sabías, te agradezco haberme abierto una mujer que me entendiera. Faltan palabras para escribirme lo que importas. Por eso esta necesidad de despojarme tanto, la distancia, estar así de lejos, idiotamente, tiene que ver con mi tratar de estar tranquilo y limpio de la gente que consume, que me ha roído el hueso lentamente hasta mi absurdo.

Yo quería para ti un cuerpo nuevo
todavía quiero, limpio de impurezas de un pasado que pudiera atormentarte (he sido cama de los hombres, no de uno, te mentí) y me da rabia y un sentido de impotencia que me jode. Aún sigo bailando al ritmo de mi cuerpo y no de mí. El cuerpo hace conmigo lo que quiere. Aunque te suene a excusa. Natalia alguna vez habló sobre la forma en que los cuerpos se violentan. Mi cuerpo se violenta contra mí. Somos dos cosas juntas y distintas.

Pienso en Jean Carlos y su logro de poder amar a una mujer como dios manda, yo pudiera, pienso igual en tus amigas siempre en la confusión de no saber cómo me aguantas tanto. Yo hubiera querido y no salió. Y sin embargo quiero, todavía, aunque existan cosas que parecen destinadas al jamás.

Gorda, la palabra a veces salva
y yo quiero salvar lo que me queda para ti.
No voy a escribirte los poemas que te debo porque hay veces que lo intento y me dan ganas de llorar.

Voy a tratar de limpiar todo el recuerdo de las cosas que no puedo. Voy sacando a Carolina por fecha de expiración. Voy sacando a W, porque hace rato que me debo. A ti. Por sobre todo. Me debo a ti. Estoy limpiando casas, para empezar de nuevo.

Es más dura la melancolía del recuerdo si el recuerdo son las cosas que no viví.
Y a ti no te he vivido.
Tampoco hemos vivido a la deriva de eso que nos pasa, que nos toca, a la deriva del tacto de los dos que a veces, por teléfono, invento.

Yo no quiero la melancolía si te tengo.
Perdón por mi distancia.
Por todo esto que no sabes y que sigo siendo.
Estoy aquí.

Ya casi voy por ti si todavía puedes.

Dame un segundo.

2 comentarios:

vangeor dijo...

super
super lindo men
que cosas noh..

Anónimo dijo...

vuano habia leido esto en tu blog...

cada vez que lo leo, pienso que tienes razón,
..... la palabra a veces (muchas veces) salva.

no te tardes...