martes, noviembre 27, 2007

no quiero llegarte al fondo
moverte cuerdas
tocar con lo que soy tu vieja caja de ternura.

porque no me da la gana

quizás no te merezco
quizás no debo hacer sonar tu llaga

no estoy preparado
para un disco de baladas que me nombren.

viernes, noviembre 23, 2007

PLAXO

El colectivo de arte PLAXO presenta:
arte, poesía y música
Pintura, Dibujo, Fotografía, Grabado, Escultura, Performance, Música Experimental

Book Boulevard, Centro Europa, Santurce (Frente a Bellas Artes)
Jueves 29 de noviembre de 2007
6:00pm

Artistas:
Xavier Valcárcel
Luis Pérez
Amanda Alonso
Rafael Díaz

Performance:
Emanuel Torres

Artistas Invitados:
Omar Velázquez
Xavier Pérez

Poesía:
Xavier Valcárcel
Christian Ibarra

En la música:
Orca

miércoles, noviembre 21, 2007

F. Pez en el Tendido

Conocí a Fofé hace poquísimo; un lazo extraño nos obligó a conocernos. Claro, ya lo había escuchado bastante, había explotado en cantos con su música una y mil veces, lo sabía un tipo intenso, pero no había pensado nunca en la posibilidad de estrecharnos las manos, mucho menos hablar como si fuéramos los más panas del mundo. Y puede sonar cursi (por aquello de ser pertinente) pero es que uno no piensa jamás llegar a ser pana del cantante principal de una de las bandas favoritas. Fofé pertenecía, al menos en mi mundo, a los videos musicales y a las apariciones en la tele. Existia en los CD’s, como uno de los cantantes principales de mi soundtrack, cantando siempre al fondo, en el delirio, a la altura de tanta gente grande. Ahora es la suma de muchas otras cosas. Nada. Que me place presentar la primera intervención de F. Pez (José Luis Abreu ::: Fofé, de CIRCO) en Tendido Negro.

La presa
por F. Pez

Tantos años bajo un manto de espinitas, fueron secando todas las razones que lo enamoraban del segundo. El castigo inconsciente se hizo carne en la intimidad y el sexo maduraba menos inventivo. La mente imaginaba cada cuerno y cuando no, lo veía con sus propios ojos en la misma casa donde ambos convivían. Los escuchaba, casi los olía y se resquebrajaba en pedazos de humillación imaginando lo que estos oídos no eran capaces de escuchar. Cuando todos conciliaban el bendito sueño, despertaba la venganza para lamer las caricias frescas de la humillación. La presa había sido mía… también.

[[La presa llega desde "TRESOMOS". un corillito de pensamientos y reflexiones.]]


Hechizo de lagañas
Por: F. Pez

Creo que me enamoro de terceros porque imagino ver en ellos rasgos de lo que no soy ante tus ojos. Me ilusiona la esperanza inexistente una vez que las torres de la humillación se desmoronan sobre mí. Y como ellos se aventuran a escalar el diminuto monte de tu demonio infinito, disfruto figurando el día en que se encuentren cara a cara con él. Desciendo al calabozo de las ilusiones tronchadas y develo innumerables fantasías, demonios dormilones acurrucados detrás de cada beso de amor novato. Entonces sueño y cuando quiero despertar, sus abrazos me amarran a la misma cama donde sudamos desnudos retozando los unos con los otros. Mi corazón se desespera, se agita y casi siento como se desangran las paredes de la excitación dentro de mí, cuando el miedo se transforma en ese orgasmo de vergüenzas.

Una red de lagañas se teje sobre mis párpados cerrados y siento las cosquillas que cada patita peluda dibuja en mis pestañas, agujillas filosas rascándome el pestillo de los ojos, caricias demoníacas de arañitas hurgándome la piel que esconde a mi conciencia detrás de una aldaba enmohecida por la sal que guardo adentro.

Arde. Debajo de los párpados hay lava acumulada, como la esperma en los cojones seducidos por la mente. Como cuando la sangre se hace púrpura apretándose tras el glande a punto de reventar, sangre hinchada, brillosos vasos sanguíneos que dan cuerpo al miembro de carne, invasor de telas nuevas, obsesión oral de quienes saborean el calor de sus espasmos. Arde y quema detrás de los párpados momificados, son cataratas de sal rabiando por no poder romper el hechizo de lagañas que me mantiene delirando, perdido en el sueño que me domina. Ojos que no ven, corazón que no siente.

Último poema épico

el héroe perfecto
se sale de la regla
perpetua
del segundo anterior y posterior.

no soy un héroe perfecto.
no quisiera estar a solas como ahora
sentado en esta mecedora ante el espejo
escupiendo un poema épico sobre mi relación cordial conmigo
distraído como estoy en el terror de verme usado
mirándome en el fondo de mí mismo
tensando esta cuerda amarrada en sus extremos al fondo de los dos
aturdido, queriendo acariciarme la mirada como obligándome a llorar
haciendo el inventario de cada pliegue de sábana
pagando torpezas de números
gente que amé y que no quise
mi olvido de fechas y mi afán de jugar.

sucede que conmigo a solas me maltrato
aunque suelo llevarme al cine cada jueves, al mar para tocar un fondo
me compro chocolates, flores antorchas, me masturbo
veo porno brasileño delicioso
me estrello entre otras piernas para llenarle la barriga al hombre que crecí.
a veces me tiro fotos sonriendo para inventarme feliz
para tenerme, entre otros lados, en la mesita de noche
también a veces me huelo el sudor hasta beberme
y me corto las uñas de las manos y los pies
con una sutileza pasional que me confunde .

pero esas son pequeñas excepciones a mi regla

cada vez que estoy a solas y me siento aquí y afuera llueve
me empujo al desespero de los niños en la calle
después de haber corrido por las escorrentías
de empujarse los unos a los otros en los charcos
de verle la costura al agua que baja por las cunetas
después de descubrir que sonrieron siempre jugando en mierda pura.

pasa que me maltrato porque se me hace inevitable
porque me da la gana
como las lluvias tristes que caen sin anunciarse previamente
y entran por las goteras mojando cualquier intimidad.
porque me obligo al espejo y me doy cuenta
por mi culpa la soledad plagió mi rostro
dibujandose a si misma atada a un sillon
acompañada de un perro mudo.
que por mi culpa siempre que estoy conmigo lloro.

busco el llanto hasta arrancarme los ojos
sin medida ni cuidado
con hastío
con costumbre
como dice la Volonteri
con una vocación sentida
por la lágrima
.
y entonces se me ocurre lacerarme
cortarme sólo los dedos índices y los pulgares
para no escribir jamás ese poema épico sobre mi decepción de hombre
que revele que soy yo el destinatario de mis cartas
el victimario de mi victima
el buzón donde llegó la rabia
volví a olvidar las fechas.

pero si escribo este poema es para matarlo
para tener presente que ya escribí lo que no quise
no vuelve a pasar

no quiero advertir sobre mi relación conmigo
ni escribir tratando de lograr el Pizarnik
o cualquiera de esos gestos arquetípicos suicidas de la década de los setenta.

en fin
quiero un poema épico para aburrirme de esta relación conmigo mismo
tal vez para matarla a tiros
para sentir este dolor a la merced de mí
para buscarme otra relación que no me obligue
a decirme días como hoy ante el espejo:
No lo logramos Xavier.
Pero podríamos haber sido felices.
para llegar a ti hay que vestirse con esmalte color rojo
disfrazar los dedos hasta esconderlos en la delicadeza de las putas
jugar a ser mujer solo en las manos
para que estreches un poco de calor
y tacto